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José García Domínguez

¿Otro adelanto en Andalucía?

En Andalucía, a diferencia de Madrid, existe un tipo de elector que pudo optar en su momento por Cs pero que no se siente identificado en absoluto con el PP.

En Andalucía, a diferencia de Madrid, existe un tipo de elector que pudo optar en su momento por Cs pero que no se siente identificado en absoluto con el PP.
Teodoro García Egea y Pablo Casado. | EFE

Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, es bien probable que por la cabeza de Pablo Casado ande rondando la idea de repetir el alarde en Andalucía. Amén de para consolidar su propia figura como líder de la derecha toda, para instalar en la opinión pública la percepción de que el Partido Popular va a ganar las próximas elecciones. La tentación seguro que revolotea por ahí. Mejor haría, sin embargo, no dejándose llevar por la euforia de este momento tan dulce para los conservadores. Y es que lo que acaba de pasar en Madrid, ese llamado efecto Ayuso, no debería llevarle a olvidar lo que igualmente aconteció en Cataluña un poco antes, o sea el parejo efecto Illa. Porque si el primero se puede resumir grosso modo en que la candidata del PP ha conseguido arramblar con la práctica totalidad del electorado de Ciudadanos en la CAM, el segundo consistió en casi lo mismo, pero con la muy notable salvedad de que la antigua clientela de los que se dicen liberales fue vampirizada por el PSC, que no por la principal sigla de la derecha nacional.

En el efímero granero de Arrimadas pasaba como en botica: había de todo. No tenía nada que ver, es evidente, el público catalán de Ciudadanos con el madrileño. Pero es que tampoco el andaluz se podría asimilar de forma mimética al de la capital. Suponer, como demasiados presumen, que todos los votantes naranjas de Despeñaperros para abajo se fugarían en masa hacia los brazos de Moreno, y que lo harían mañana mismo, es mucho suponer. Bastantes, quizá sí; pero la gran mayoría, quizá no. Los que han vuelto ahora al PP de Madrid, no se olvide, ya procedían en su día del PP de Madrid. Pero los votantes andaluces de Ciudadanos, tampoco se olvide, no eran desertores de la disciplina popular. En Andalucía, a diferencia de Madrid, existe un tipo de elector que pudo optar en su momento por Ciudadanos pero que no se siente identificado en absoluto con el Partido Popular. De otro modo, difícilmente se entendería el ensanchamiento del espacio electoral no socialista que llevó a Moreno a presidir la Junta. Yo no jugaría. Los experimentos, es sabido, mejor con gaseosa.

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