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Pedro de Tena

Romance para la resistencia de Alaya

Paseaban Griñán y Chaves de la mano con Susana desde el auto de la jueza a los recursos en marcha.

Paseaban Griñán y Chaves
de la mano con Susana
desde el auto de la jueza
a los recursos en marcha.

Ay, de la Alaya.

Cartas les fueron venidas
de que Alaya era ganada
pero nada era seguro
hasta que el Supremo hablara.

Ay, de la Alaya.

Consultan con los juristas,
con los fiscales, con altas
magistraturas supremas,
todas ellas bien pagadas.

Ay, de la Alaya.

Desde potros de papel
la gran exclusiva avanzan:
que la jueza se ha perdido
en laberintos y fábulas.

Ay, de la Alaya.

Subidos a la soberbia
la buena nueva proclaman
porque incluso la dulcísima
Fiscalía la dictaba.

Ay, de la Alaya.

En internet las trompetas
estallaron de cizaña
y la jueza era vencida

en los tuiters y en los whatsApps.

Ay, de la Alaya.

Los crédulos aplaudieron,
los forofos de la causa
multiplicaron los ecos
por toda la piel de España.

Ay, de la Alaya.

Pero habló un andaluz viejo
que de esta manera hablara.
¿Por qué celebramos Chaves
y Griñán esta patraña?

Ay, de la Alaya.

Es que la hemos derrotado,
es que está desmoronada,
es que la tenemos presa
de un carnaval de palabras.

Ay, de la Alaya.

Dijo un joven que tenía
una voz profunda y clara:
Aunque la juez fuese muda
hay un sumario que canta.

Ay, de la Alaya.

Que ninguno de este régimen
que hiló la tela de araña
más grande jamás tejida
podrá escapar sin pagarla.

Ay, de la Alaya.

Hundieron las ilusiones
del Sur en la democracia
y como herencia maldita
paro y corrupción dejaban.

Ay, de la Alaya.

Por eso merecen todos
una pena bien doblada.
Una por haber dejado
a esta tierra saqueada.

Ay de mi Alaya.

Y otra por haber querido
tronchar una flor honrada:
Pero, castigo del cielo,
la juez resiste, se alza
y una multitud de hechos
y de manos la levantan.

Ay, de mi Alaya.

En España

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