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Zoé Valdés

Matteo Renzi

En medio del fanguero ambiental y de la mala onda que nos inunda al fin una buena noticia, un respiro, una pequeña luz de esperanza: Matteo Renzi.

Mientras el mundo carroñero se despetroncaba para ver en la caja idiota los funerales de Nelson Mandela en Sudáfrica, en Italia ganaba las elecciones primarias y salía electo secretario general del Partido Demócrata de centro-izquierda un joven con una brillante carrera política, presidente de la ciudad de Florencia y alcalde de la misma ciudad, quien proviene del periodismo y del centro-izquierda cristiano. Es un líder dinámico, carismático, en la misma línea de Sarkozy y de Delanoë, abierto, activo, con más proyectos e ideas reales que bambollerismo ideologizante.

Llevo meses siguiéndolo, oyéndolo en los canales italianos internacionales. No sólo se expresa como un buen político, además es un valiente, y no trata de entretener, sino de hacerse entender, y a la misma vez de comprender el mundo en el que vivimos, y a Italia dentro de ese mundo. Sustituyó a Pier Luigi Bersani, vieja escuela dentro del partido; le costará sobrevivir entre los lobos, así piensa la mayoría, pero creo que lo conseguirá, como ha conseguido ganar las elecciones, limpiamente, de manera transparente, y con la mente clara.

En medio del fanguero ambiental y de la mala onda que nos inunda al fin una buena noticia, un respiro, una pequeña luz de esperanza: Matteo Renzi. Pero claro, poco se ha hablado del fenómeno. Todos estaban tan entretenidos en cómo Obama estrechaba la mano de uno de los mayores criminales del planeta: Castro II. Y mientras esto ocurría en Cuba se reprimía violentamente a la disidencia, a los miembros del MCL, a las Damas de Blanco, y a otros opositores. Nada, lo de siempre. Pero, así nos va, Obama dijo no sé qué bobería sobre los "líderes", fíjense bien, "líderes", que no dictadores, que homenajeaban a Mandela, pero que no respetaban a la disidencia, y ya con eso se lavó las manos, y la gente tuvo el orgasmo que tocaba por la libreta. Las cámaras trasmitieron la ceremonia, la lluvia, los estadios medio vacíos, el invento… Espero que algún día el mundo reconozca a Mario Chanes de Armas, 30 años y meses en las prisiones castristas, a Eusebio Peñalver, 28 años plantado igualmente, y a otros muchos.

¿Celebró ese mismo mundo el triunfo de Matteo Renzi? No, de ninguna manera. Apenas una mención aquí o allá, en un segundo plano del comparseo internacional. Y eso que es de izquierdas, pero claro, de centro-izquierda, y además, proviene del ala cristiana, ya tú sabes, monada. No way. Pas tout à fait valable.

Yo hoy brindé por Matteo Renzi, porque me dio una enorme alegría que ganara, me sentí profundamente concernida, y pienso que mis amigos italianos estarán también muy felices de este paso hacia algo verdaderamente nuevo, hacia un nuevo estilo, un discurso diferente, humano, sencillo, inteligente, y que indudablemente dará resultados precisos. Ojalá así sea.

Felicito a los votantes italianos, congratulo a los jóvenes italianos; lo supieron hacer, sin tanta alharaca, discretamente, como se hacen las cosas buenas.

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