Hacer deporte es bueno para la salud pero, en ocasiones, uno puede hacerse daño en algún músculo o articulación a causa de un mal gesto o un golpe. Habitualmente la aplicación de frío y calor es una terapia que puede mejorar una lesión disminuyendo el dolor y promoviendo una mejor recuperación. Pero no para todos los golpes valen el frío y el calor, sino que algunos pueden tratarse con ambos y otros solo con uno de ellos. Por eso es importante saber en qué momentos aplicar frío y en qué momentos aplicar calor.
¿Qué factores influyen en aplicar frío o calor? Como norma general, la decisión depende del tipo de lesión, su gravedad, el tiempo que haya transcurrido desde que se ha lesionado y la fase del proceso de recuperación en la que se encuentre. Además, estas terapias pueden complementarse con ejercicios o con la toma de analgésicos o antiinflamatorios.
Frío o calor, ¿en qué ocasiones debe aplicarse cada uno?
- Frío o crioterapia
El frío es más efectivo durante las primeras 24 - 72 horas tras una lesión aguda, como un esguince, una contusión o una torcedura. El motivo es que aplicar hielo ayuda a reducir la inflamación, el dolor y el hinchazón al contraer los vasos sanguíneos y disminuir el flujo sanguíneo hacia la zona afectada. Además, la baja temperatura adormece los nervios, lo que alivia el dolor. Por todo ello, la crioterapia es ideal para lesiones que presentan inflamación, enrojecimiento o calor local, ya que el frío ayuda a controlar la respuesta inflamatoria del cuerpo.
¿Cuáles son los beneficios de aplicar frío en una lesión? El frío tiene un efecto analgésico, disminuye el espasmo muscular, disminuye la hemorragia, sedación de la zona y antiinflamatorio. Pero, ¿en qué ocasiones debe aplicarse? En traumatismos agudos en las primeras 48 horas, en esguince de tobillo, cuando hay una rotura muscular, en Tendinitis y en contusiones y golpes. Se recomienda aplicar hielo durante 15-20 minutos, varias veces al día, usando una toalla para proteger la piel de posibles quemaduras por frío.
- Calor o termoterapia
Por su parte, el calor es más adecuado para lesiones crónicas o en etapas posteriores de recuperación. El motivo es que ayuda a relajar los músculos, aumenta la circulación sanguínea y mejora la elasticidad de los tejidos, lo que facilita el alivio de dolores musculares y rigidez. ¿Cuáles son los beneficios de aplicar calor cuando hay una lesión? Aumenta el flujo sanguíneo, mejorando el aporte de nutrientes, mejora la cicatrización, disminuye la sensación dolorosa, aumenta la elasticidad y plasticidad del músculo y disminuye la rigidez articular.
Pero no siempre es bueno.... ¿cuándo debe aplicarse calor? En patologías crónicas o que lleven más de 3-4 días, en tendinitis crónicas, en lesiones musculares prolongadas, en agujetas, cuando existen contracturas musculares, espasmos musculares o rigidez articular. El calor puede aplicarse con compresas calientes, almohadillas térmicas o baños calientes, y se recomienda hacerlo por períodos de 15-20 minutos para evitar quemaduras.
¿Cómo deben aplicarse correctamente?
Si se habla de aplicar frío, puede administrarse tanto en forma húmeda como en seco. Pero, en cualquier caso, es aconsejable observar el estado de la piel antes de la administración de hielo y, si se decide utilizar frío seco, nunca hacerlo directamente sobre la piel, y lo más adecuado es aplicarlo en periodos alternos de entre 15 y 20 minutos durante alrededor de dos horas. En cuanto al calor, funciona exactamente igual que en el frío: se puede administrar de forma húmeda o de forma seca y en los mismos intervalos de tiempo.
Sin embargo, existen contraindicaciones en cuanto a la aplicación de calor que conviene tener en cuenta. ¿Cuáles son las más importantes? El calor está contraindicado en cualquier herida que sangre durante las primeras 24 horas ya que esto aumentaría el flujo sanguíneo y favorecería el sangrado. También en prominencias óseas porque son zonas de sensibilidad reducida y podría provocar la formación de lesiones cutáneas. En cualquier caso, una aplicación incorrecta tanto de frío como de calor puede hacer que una lesión empeore.