
La evolución y el desarrollo tecnológico han permitido que la gente realice las mismas tareas de una manera más sencilla y rápida, mejorando así la calidad de vida. Asimismo, ofrece la posibilidad de poder comunicarte con otras personas, aunque estas se encuentren en la otra punta del mundo. Sin embargo, esta es una herramienta de doble filo, porque a menudo la propia tecnología, diseñada para facilitar la vida, hace a las personas dependientes.
La sociedad actual está habituada a utilizar el móvil prácticamente las 24 horas del día y no llega a entender o visualizar el control que este puede llegar a ejercer. Varios estudios han demostrado que el gran problema de la sociedad de ahora es la necesidad de estar siempre conectados. Pero ¿cómo detectar si es un problema real? Algunos síntomas como la irritabilidad o el enfado por problemas de batería o cobertura pueden sugerir una dependencia al móvil, incluso nomofobia.
¿Qué es la nomofobia?
La nomofobia es el miedo irracional a estar sin móvil. Un estudio realizado por la Universidad de Granada a 1.630 alumnos de entre 12 a 20 años demostró que los estudiantes que hacen un uso excesivo del teléfono, tienden a tener un rendimiento académico inferior y problemas de ansiedad. La investigación también reveló que entre los jóvenes los más vulnerables son aquellos que tienen baja autoestima. La raíz del problema está en que muchos de ellos buscan gratificación inmediata a través de las redes sociales.
Las consecuencias de la adicción al móvil
El uso excesivo de teléfonos inteligentes puede desencadenar una serie de problemas psicológicos y emocionales significativos. La ansiedad y el estrés son comunes, ya que la desconexión del dispositivo puede generar angustia en el individuo. Además, el rendimiento académico puede verse afectado por culpa de las constantes interrupciones de las notificaciones. En el ámbito social, se observa un creciente aislamiento, dado que las interacciones virtuales reemplazan las relaciones cara a cara. La autoestima también puede verse comprometida, influenciada por la exposición a estándares poco realistas en redes sociales. Finalmente, los problemas de sueño son frecuentes, ya que el uso nocturno de dispositivos interfiere con los patrones de descanso.
Soluciones
La manera más sencilla de evitar la nomofobia es informarse sobre el uso correcto del móvil y entender la necesidad de fijar unos límites. Entre algunas de las recomendaciones más comunes se encuentra:
- Establecer límites de uso: se deben establecer y respetar un horario para el uso del móvil. Además, es conveniente evitarlo por la noche, ya que puede afectar al sueño.
- Fomentar actividades sin pantallas: es necesario participar en extraescolares que fomenten el ejercicio y permitan establecer vínculos sociales, el deporte es una muy buena opción.
- Desactivar las notificaciones: puede ayudar a la concentración y permite reducir el estrés que genera tener que estar constantemente contestando a los mensajes.
- Buscar apoyo profesional: si el caso de dependencia es muy grave se recomienda acudir a un especialista.
La Inteligencia Artificial, los teléfonos inteligentes y las redes sociales son elementos que forman parte del día a día y son herramientas muy útiles cuando se utilizan bien, pero un uso excesivo puede deteriorar el bienestar emocional y social. Además, está demostrado que puede afectar a la salud mental y provocar trastornos como el síndrome de la vibración fantasma o la apnea de Whatsapp.