En el norte del continente africano, aproximadamente a 130 kilómetros de Melilla y a 117 de Ceuta, se sitúa el Peñón de Vélez de la Gomera, un islote rocoso de unos 19.000 metros cuadrados que constituye una de las fronteras más peculiares del planeta.
Ubicado en el mar Mediterráneo, forma parte del conjunto de territorios bajo soberanía española en esta región. Entre estos espacios se encuentran el archipiélago de Alhucemas —integrado por el peñón homónimo y las islas de Tierra y de Mar—, el islote de Perejil, y el archipiélago de Chafarinas, compuesto por las islas Isabel II, Rey Francisco y la isla del Congreso.
Desde el punto de vista geológico, el peñón se presenta como una formación rocosa que mide unos 260 metros de largo, alcanza una altitud máxima de 87 metros y una anchura que oscila entre los 15 y 100 metros. La ocupación española del lugar data del siglo XVI. Aunque estuvo en manos de un sultanato durante 42 años, España lo recuperó en 1564 y desde entonces ha mantenido su presencia, a pesar de varios asedios y episodios conflictivos con Marruecos.
Episodios conflictivos con Marruecos
Uno de los incidentes más recientes ocurrió el 29 de agosto de 2012, cuando activistas del Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla accedieron al islote y desplegaron banderas, generando tensiones diplomáticas.
Otro altercado importante tuvo lugar en la Guerra del Rif: en la década de 1920, el peñón fue atacado por fuerzas rifeñas. En 1922, la guarnición española fue reforzada por la Legión para resistir los asedios.
Aunque el peñón carece de población civil y su valor estratégico ha disminuido, sigue siendo un punto de fricción en las relaciones hispano-marroquíes. España mantiene una presencia militar permanente en el enclave, custodiado por el Grupo de Regulares de Melilla n.º 52. La cercanía con Marruecos y la falta de un estatuto jurídico claro para estos territorios aumentan su vulnerabilidad frente a posibles reivindicaciones marroquíes.
400 habitantes
En 1930, un fuerte terremoto con epicentro en Fez (de magnitud 7) originó la aparición de un istmo que unió el peñón con la costa marroquí. Desde entonces, ya no es una isla en sentido estricto, sino una península. Sin embargo, la delimitación fronteriza entre España y Marruecos sigue marcada por la línea costera, que apenas alcanza los 85 metros de longitud.
En su época más activa, llegaron a residir en el peñón hasta 400 personas. Actualmente, su vigilancia está a cargo de una pequeña unidad del Ejército de Tierra español, dependiente de la Comandancia General de Melilla. La peculiar frontera de 85 metros está delimitada visualmente por un cabo grueso de color azul. Desde Melilla, es posible contratar excursiones organizadas al Peñón de Vélez de la Gomera a través de agencias especializadas.