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Las tétricas búsquedas y anotaciones del detenido por la desaparición de una estadounidense hace un año en Madrid

David Knezevich, de quien la desaparecida se había separado, es sospechoso del secuestro y posible asesinato de la mujer.

David Knezevich, de quien la desaparecida se había separado, es sospechoso del secuestro y posible asesinato de la mujer.
Ana María Henao desapareció tras iniciar los trámites de divorcio. | FBI / Redes sociales

Se cumple un año de la desaparición de Ana María Henao, la estadounidense —de 40 años y origen colombiano- a la que se perdió la pista el 2 de febrero de 2024 Madrid. Se había trasladado a la capital en diciembre con el objetivo de empezar una nueva vida alejada del que fuera su marido, tras trece años de matrimonio y un proceso de separación complicado. Una vez en España, inició los trámites de divorcio y confesó a su entorno que tenía "miedo de la reacción" de su expareja.

Aquel día fue vista por última vez en torno a las 14.20 horas entrando en su edificio, de donde ya no se le vio salir. Por la mañana, había estado viendo un piso. El contrato de alquiler del inmueble en el que vivía se acababa en marzo y estaba buscando un lugar donde mudarse para una larga temporada. Tenía pensado poner en marcha un negocio en nuestro país, aunque solía comentar que —una vez que David y ella hicieran el reparto de sus bienes— podría mantenerse el resto de su vida sin problemas.

Cuando Ana María desaparece, su todavía marido se convirtió en el principal sospechoso. Él aseguró que estaba en Serbia -su país natal- en el momento de los hechos, pero sus movimientos erráticos terminaron delatándole. Para la policía era obvio que actuaba como si tuviera algo que esconder. David Knezevich contrató a un abogado penalista y rechazó someterse al polígrafo. Aun así, los investigadores no tardaron en descubrir que había estado en Madrid esos días y desmontar su coartada.

Viaje a Madrid

El serbio voló el 27 de enero de Miami —donde residió el matrimonio durante su convivencia y él vivió hasta que Ana María desaparece— a Estambul (Turquía), aunque fue en su país donde alquiló el coche con el que viajaría por carretera hasta Madrid (un recorrido de más de 2.500 kilómetros). El 2 de febrero, compró cinta adhesiva y un spray negro en una tienda de la capital (donde fue grabado por las cámaras de seguridad) y se dirigió al portal de su todavía esposa (en el barrio de Salamanca).

La cinta adhesiva la usó para trucar la puerta de entrada al edificio y así poder entrar más tarde (alrededor de las 21.30 horas) sin necesidad de llamar a ningún piso. El spray lo utilizó para cegar las cámaras de seguridad de la finca, aunque el resultado no fue el que él esperaba. Para empezar porque ocultó su rostro bajo un casco negro pero en las imágenes se ve perfectamente la muñeca de la persona que rocía la pintura. Era la de un hombre de piel blanca con un tatuaje que ha permitido identificarle.

Por otra parte, David no logró cegar los objetivos por completo. De manera que las cámaras le captaron saliendo del bloque con una maleta de gran tamaño. Tanto es así que los investigadores creen que Ana María, que era una mujer menuda (delgada y de 1,48 metros de estatura), iba en su interior. Ninguna cámara ha captado a la mujer saliendo del inmueble después de la visita ‘sorpresa’ de su marido, que regresó a Belgrado en el mismo coche de alquiler, pero con una matrícula nueva.

Pruebas contra él

El que fuera marido de Ana María intentó simular la marcha voluntaria de su mujer enviando mensajes desde su móvil que desde el principio resultaron sospechosos a los destinatarios. En ellos decía que se iba a pasar el fin de semana con alguien que había conocido. Ni el hecho ni el lenguaje utilizado en el texto que recibieron les parecía que fuera propio de ella. De la investigación se desprende que David le pidió a una mujer que le tradujese aquel texto, del inglés a un "colombiano perfecto".

La investigación conjunta de la Policía Nacional y el FBI le ha puesto contra las cuerdas. Tienen el coche y el recorrido que realizó en su viaje de Belgrado a Madrid (ida y vuelta), las grabaciones de las cámaras que le sitúan en la tienda en la que compro el spray y en el edificio de Ana María, y también la identidad de la persona que le tradujo el mensaje que envió desde el móvil de su mujer un día después de su desaparición. Con todo esto, David fue detenido el 4 de mayo en Miami por su presunta relación con el secuestro y posible asesinato de Ana María Henao.

Los agentes encargados del caso tienen claro que la estadounidense está muerta. Tanto es así que hace meses que buscan su cadáver. Creen que Knezevich se deshizo de él en algún punto del recorrido que realizó de vuelta a Serbia. Y es posible que alguien le ayudara, en los días posteriores. En cualquier caso, él continúa bajo arresto y —aunque ya se ha descartado la petición de pena de muerte— las autoridades estadounidenses siguen recopilando pruebas contra él para que la muerte de Ana María no quede impune.

Nuevos indicios

La Fiscalía presentó el pasado 31 de enero un informe de 32 páginas en el que detalla las pruebas e indicios que tienen en su poder contra David Knezevich. Muchos de ellos los hemos ido recogiendo en diferentes artículos a lo largo del último año. Pero hay algunos de los hallazgos que no habían trascendido hasta este momento y que —aunque por sí solos no demuestran nada— en el conjunto de la investigación sí tienen su relevancia.

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Anotaciones de Knezevich. Fiscalía de EEUU.

El este sentido, podemos mencionar lo que contenía un cuaderno hallado por los agentes el 8 de mayo de 2024, durante el registro de la residencia de Knezevich en FortLauderdale (Miami, Estados Unidos): citas ilustres —tanto en inglés como en serbio— relacionadas con la muerte.

Entre ellas, una famosa frase de Stalin: "Death solves all problems. No man, no problem (La muerte resuelve todos los problemas. No hay hombre, no hay problema)". Y otra de Winston Churchill: "When you have to kill a man, it costs nothing to be polite (Cuando tienes que matar a un hombre, no cuesta nada ser educado)".

Más reveladoras son las búsquedas que el acusado realizó durante el mes previo a la desaparición de Ana María. La cuenta en la nube de Google ha revelado que el —2 de enero de 2024— buscó "ningún plan sobrevive al primer contacto con el enemigo" y —seis días más tarde— "mezcla de lejía y amoníaco reacción química". El 14 de enero también se interesó por localizaciones como la del Parque Nacional de Tara en Serbia y rutas de Madrid a los Pirineos.

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