
Kymberlee Schopper, una mujer de 52 años y residente en Deltona (Florida), ha sido detenida por traficar con restos humanos. Según ha informado el Departamento de Policía de Orange City, utilizaba tanto su tienda de curiosidades —Wicked Wonderland, situada en el número 2461 de North Volusia Avenue— como la plataforma Facebook Marketplace y el sitio web del negocio para comercializar fragmentos óseos.
La detención de Schopper se produjo el pasado 10 de abril por la noche en su domicilio, mediante una orden judicial. Fue acusada de compra y venta ilegal de órganos y tejidos humanos y quedó en libertad tras abonar una fianza de 7.500 dólares. Su socia y copropietaria del negocio, Ashley Lelesi, de 32 años y residente en DeLand, fue detenida dos días después, el 12 de abril, por los mismos cargos. También salió en libertad tras pagar la misma cantidad.
Venta en Facebook
La Policía comenzó a seguir el rastro de este caso en diciembre de 2023, tras la denuncia de un vecino que detectó publicaciones sospechosas tanto en la página de Facebook como en la web del establecimiento. En ellas se ofrecían fragmentos de cráneos, una clavícula, una escápula, una vértebra, una costilla y un cráneo parcial. Los precios iban desde los 35 hasta los 600 dólares. En total, los restos humanos en venta alcanzaban un valor de 850 dólares.
Los agentes inspeccionaron el local y confiscaron los huesos que aún estaban en posesión de las propietarias: un fragmento de cráneo humano, una clavícula, una escápula, una costilla, una vértebra y parte de un cráneo humano. Las piezas eran anunciadas de forma explícita, con precios concretos: dos fragmentos de cráneo a 90 dólares cada uno, clavícula y escápula a 90, costilla y vértebra a 35 cada una, y un cráneo parcial por 600 dólares.
Restos auténticos
El análisis forense confirmó que los huesos pertenecían a al menos dos personas. Algunos presentaban signos de ser modelos anatómicos, pero otros eran auténticos y de origen arqueológico. Se determinó que varios de los fragmentos tenían más de 100 años, y otros superaban los 500.
En febrero de este año, Schopper y Lelesi se presentaron en dependencias policiales para reclamar la devolución de los huesos. Entregaron documentos de PayPal con información censurada, solicitaron el informe del caso y, según el informe, se mostraron molestas cuando se les comunicó que los restos no serían devueltos por estar bajo examen. Schopper aseguró que los huesos estaban protegidos por la legislación estatal como "modelos educativos". No obstante, las autoridades concluyeron lo contrario.