
La Policía Nacional ha detenido en Valencia al anestesista y a la dueña de la clínica dental de Alzira donde una niña de seis años falleció el 20 de noviembre tras ser sedada, mientras otra menor de cuatro años tuvo que ser ingresada durante varios días en un hospital de la ciudad.
El anestesista, un hombre de 43 años y nacionalidad española, ha sido arrestado esta mañana en Valencia a las 8:45 horas por presuntos delitos de homicidio, lesiones contra la salud pública, hurto y omisión del deber de socorro.
Pocas horas después, sobre las 12 horas, los agentes han detenido en Alzira a la dueña de la clínica, una mujer de 50 años, como presunta autora de delitos de omisión del deber de socorro y contra la salud pública.
Los arrestos se han practicado días después de que la Policía registrara tanto el centro médico como el domicilio del facultativo, dentro del procedimiento que dirige el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de la Comunidad Valenciana.
Las declaraciones previas
Tras conocerse el caso, tanto el anestesista como la responsable de la clínica prestaron declaración ante el Servicio de Inspección de la Consejería de Sanidad y, posteriormente, ante los investigadores de la Policía Nacional. La investigación, ya judicializada, continúa abierta para determinar si existió mala praxis durante la atención a las dos menores.
Los hechos ocurrieron cuando las niñas acudieron con sus familias a la clínica dental privada para someterse a tratamientos.
La niña de seis años ingresó ese mismo día a las 16:52 horas en Urgencias del Hospital de La Ribera, en parada cardiorrespiratoria.
La otra menor, de cuatro años, acudió por la tarde al mismo hospital con fiebre, vómitos y somnolencia. Tras ser estabilizada y valorada, fue trasladada a la UCI pediátrica del Hospital Clínico. La niña recibió el alta médica el martes posterior a los hechos.
El mismo día del incidente, la propietaria del centro afirmó al medio À Punt, que la niña de seis años abandonó la clínica "aparentemente bien" y que "el anestesista no sabe qué ha podido pasar".
Según señaló, a la menor se le administró una sedación por vía para extraer los dientes de leche y poder colocar empastes. La responsable insistió en que la niña comenzó a encontrarse mal después de abandonar el establecimiento y afirmó desconocer las causas del empeoramiento.


