
El modelo europeo de predicción meteorológica (ECMWF) ha encendido un escenario poco habitual para el inicio de 2026: una posible nevada extensa en la Comunidad Valenciana, incluso en zonas litorales. Aunque se trata de una previsión a más de diez días vista y, por tanto, con un elevado grado de incertidumbre, los mapas actuales apuntan a una combinación muy invernal de lluvias abundantes y entrada de aire frío continental.
Según las últimas salidas del modelo europeo, entre el 5 y el 6 de enero podría producirse una nevada que afectaría a prácticamente toda la provincia de Castellón, buena parte de Valencia —incluidas ambas capitales— y las montañas del norte de Alicante. Lo más llamativo no sería tanto la cantidad de nieve acumulada, sino los puntos donde podría llegar a caer, con mapas que incluso insinúan copos en zonas próximas a la costa.
Este tipo de situaciones recuerda a episodios muy concretos del pasado, como el del 15 de diciembre de 2001, cuando algunas playas de Castellón amanecieron cubiertas de blanco. No obstante, los meteorólogos insisten en la prudencia: a este plazo, los modelos solo ofrecen una orientación general.
Lluvias abundantes y aire frío
El escenario planteado por el ECMWF incluye la llegada de una borrasca durante el primer fin de semana de enero, con precipitaciones destacables. En algunos puntos del litoral sur de Valencia y norte de Alicante se llegan a dibujar acumulados elevados en pocos días. Al mismo tiempo, desde el norte de Europa podría descender una masa de aire muy fría, lo que abriría la puerta a nevadas a cotas inusualmente bajas.
A partir del día 4 podrían aparecer las primeras nevadas en el interior de Castellón, intensificándose el día 5 y coincidiendo con la víspera de Reyes. Para la jornada del 6, el modelo llega a representar gran parte de la Comunidad Valenciana bajo un manto blanco, con excepciones en algunos tramos del litoral más meridional.
Conviene subrayar que se trata de una previsión a largo plazo. Hasta que no se acerque la fecha —especialmente dentro del margen de 72 horas— no será posible confirmar si este escenario se mantiene, se suaviza o desaparece. Tampoco hay, por ahora, avisos oficiales ni confirmación por parte de AEMET.
Lo que sí parece más claro es una tendencia: el inicio de enero podría venir marcado por un tiempo inestable, con lluvias y un descenso térmico notable.

