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Agapito Maestre

La maldad occidental

El islamismo quiere acabar con la civilización occidental, pero hay gente en Occidente que no quiere reconocerlo. Ni siquiera admiten que estamos en guerra.

El mundo occidental soporta una guerra durísima y nueva. Declarada unilateralmente por el terrorismo islamista, sólo podrá terminarse con ella el día que hayamos logrado vencer a sus aliados occidentales. ¿Aliados occidentales? Sí, esa gente que es incapaz de reconocer que nos mata el moro. Mientras que el mundo occidental no tenga claro la perversidad del fundamentalismo islamista, seguirá culpando al occidental del terrorismo jihadista. He ahí la desgracia: nos asesinan los jihadistas y responsabilizan al capitalista. Nos aniquilan los islamistas y les dan la razón a los asesinos. Damos miedo. El hombre occidental, o mejor, un determinado tipo de hombre, especialmente el que representa la “izquierda” española, es el más inhumano de todos los animales del planeta. Se avergüenzan de sus instintos. Quieren caminar como si fueran “ángeles” pero, en realidad, les causa tanta repugnancia la alegría como la inocencia del animal. No tienen coraje para enfrentarse a la verdad: estamos en una guerra y quieren retirarse a su madriguera.
 
El verdadero animal, el genuino hombre occidental, reacciona instintivamente contra la barbarie islamista defendiéndose de un tipo de acción bárbara, que algunos llaman “civilización” islamista. O nos enfrentamos o nos matan. Sin embargo, todavía hay pedantes que hablan de guerra psicológica. Son los “inhumanos” izquierdistas, que pretenden permanecer impasible ante el avance de un tipo de “civilización”, una triste y retrasada forma de vida, donde la mujer apenas es algo más que un objeto y la muerte no es algo opuesto a la vida. Ese personal empieza a dar miedo. Su cobardía es propia del hombre inhumano. Siento miedo ante unos individuos, generalmente intelectuales, que culpan antes a las víctimas que a los verdugos. Siento miedo ante el hombre-masa español que censura antes a los obispos por asistir a una manifestación que a un imán fundamentalista. Siento pavor ante quién duda de cómo enfrentarse al terrorismo islamista.
 
Estamos en el camino de la mayor de las crueldades: negar la evidencia. El islamismo quiere acabar con la civilización occidental, pero hay gente en Occidente que no quiere reconocerlo. Ni siquiera admiten que estamos en guerra. Incluso hay quienes, con lenguaje tan impreciso como cainita, niega que exista una guerra real y habla, reitero, de conflicto psicológico entre civilizaciones o, peor aún, de “alianza de civilizaciones”. ¡La cobardía, ay, siempre es pedante! La alianza de civilizaciones es imposible, so pena de que quiera terminarse con la idea de civilización occidental. Sin embargo, Rodríguez Zapatero, lejos de estar triste, abatido y deprimido por los sucesos de Londres, sigue hablando de Alianza de Civilizaciones para justificar indirectamente al fundamentalismo islamista. La crueldad de algunos no tiene límites.

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