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Agapito Maestre

Las trampas

No es que al director de La Razón le falten entendederas, sino que su sensibilidad se rebela frente a su capacidad analítica. No es el único, aunque a él, por desgracia, el destino le ha reservado la obligación editorial de defender lo indefendible.

Me resulta difícil, casi imposible, comprender el comportamiento del PP para alcanzar el poder. No entiendo su forma de hacer oposición. No consigo percibir la viabilidad de su estrategia política y menos aún puedo hacerme alguna idea de sus posibles apoyos fácticos en, o coaliciones posibles con, otras fuerzas políticas. Sus dirigentes dicen y hacen cosas tan contradictorias y enloquecidas que cuesta descubrir a qué tipo de lógica obedece esa conducta. Todo parece indicar que estamos al margen de cualquier lógica política o de conocimiento histórico. Este personal parece enloquecido. Por ejemplo, le preguntan a un dirigente del PP vasco sobre el diálogo propuesto por Núñez Feijoo con los nacionalistas gallegos y contesta que "bastante tiene con lo suyo"… Es como si el PP, imitando al PSOE o a un partido nacionalista periférico, hubiera dejado de ser un partido nacional con una lógica similar para todo el territorio de España.

Cientos de ejemplos, incluso más retorcidos que el citado, podríamos ofrecer sobre esta conducta desviada, y al borde de la estulticia, respecto a las lógicas políticas de un partido nacional. Tantos ejemplos hay de esta "locura" que los observadores políticos normales, o sea, honrados empiezan a estar sobrepasados. A más de uno le he oído decir: "Todo esto eso me supera. No puedo aceptar que sean tan imbéciles y majaderos". Otros tienden a pensar qué existe un motivo oculto, algo extraordinariamente importante y secreto, que ha hecho a estos dirigentes caer en las peores aberraciones contra el sentido común. Pocos son los analistas sensatos que no terminen una conversación sobre el PP con este tipo de preguntas: ¿Qué le pasó a Rajoy en México? ¿Qué extraño sortilegio lleva al PP a decir una cosa hoy y otra totalmente diferente mañana? ¿Qué hay detrás de tanta necedad política?

Los militantes del PP están estupefactos, sus votantes perplejos y los analistas políticos totalmente desorientados. Sobre estos últimos se podría escribir todo un tratado, pero me ha resultado extraordinariamente revelador de la locura que hoy vive el PP la siguiente anécdota oída el martes en el programa La Mañana de COPE. A la hora de los oyentes, cuando emiten los mensajes que estos han dejado en el contestador, no hay ninguno que deje de criticar las contradicciones del PP en Galicia; sí, todos desprecian la pretensión del PP de hablar con los nacionalistas del BNG antes de las elecciones autonómicas con el objetivo de formar un posible gobierno de coalición. Todos los oyentes, los ciudadanos que participan en la tertulia, tienen clara la contradicción y por eso, precisamente, la critican.

Sin embargo, entre los tertulianos, hay uno que se niega, varias veces y con contundencia, a aceptar lo obvio: lo que han visto con inteligencia y precisión los oyentes. Se niega a aceptar que los populares se han reunido para algo muy concreto, a saber, conseguir el apoyo político del BNG. Su empecinamiento es tal que comenta: "¡En qué cabeza cabe que el PP pudiera gobernar con los nacionalistas del BNG!". Le contestan todos los compañeros de tertulia que precisamente eso en lo que está en la cabeza de los dirigentes del PP que proponen el diálogo con el BNG, pero el bueno de Marhuenda se resiste a aceptar lo evidente. No es que al director deLa Razónle falten entendederas, sino que su sensibilidad se rebela frente a su capacidad analítica. No es el único, aunque a él, por desgracia, el destino le ha reservado la obligación editorial de defender lo indefendible: algunas incoherencias intelectuales y políticas del PP. ¿Incoherencias? Sí; creo que es más elegante hablar de incoherencias que de trampas. O peor, majaderías.

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