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Amando de Miguel

El lenguaje relamido

Queda muy bien lo de "a futuro" o lo de "en el medio plazo". Ya casi no parecen solecismos de tanto como se oyen.

Es inacabable el aporte que los libertarios hacen al análisis del politiqués y sus variopintos dialectos. José Antonio Martínez Pons se queja de ese saludo en los correos de "estimado/a". "Es decir, me estiman tanto que no se preocupan en averiguar si soy varón o mujer, pero me estiman". El de Mallorca recibe también emilios con el encabezamiento de "buenos días" o "buenas tardes". Añado que esa cortesía resulta difícil de interpretar. ¿La hora del día es la del emisor o la del receptor? El lío es morrocotudo cuando entre ambos hay varios husos horarios. No digamos cuando, ante ese saludo, la respuesta es "con la que está cayendo". Más ideas de don José Antonio: "Yo sigo fiel al 'muy señor mío' cuando me dirijo a un desconocido y naturalmente de usted... Tampoco me gustan las despedidas al uso; la más tonta es el jeroglífico 'salud'. La verdad es que hasta en el lenguaje me gusta guardar distancias". Desde luego, en mis intercambios a través de estos correos o del facebook (que yo llamo féisbuc) no hay forma de que nadie me salude con el "querido Amando". Quizá les parezca un pleonasmo.

Juan Luis Hoyos resalta el nuevo descubrimiento de la jerga de los políticos: "condicionalidades". Supongo que la han traído de Bruselas. La cosa es alargar el número de sílabas. Lo de las simples "condiciones" seguramente queda un poco paleto.

Juan López se lamenta de ese uso de "efectivos" que ahora cunde mucho con lo de los incendios veraniegos. Don Juan sugiere que los "efectivos" sean solo un nombre colectivo, no el equivalente de policías, bomberos, etc. Así, propone esta fórmula a título de ejemplo: "Los efectivos los forman 500 brigadistas y 100 vehículos de extinción de incendios". Es decir, los efectivos no son cada uno de los brigadistas o los vehículos. Por lo mismo, se debería decir "aeronaves" (avionetas y helicópteros) en lugar de "medios aéreos". Se acepta.

Jesús García Castrillo protesta contra el uso que hace el ministro de Economía de la expresión "crecimiento negativo". Es una forma de evitar la preocupación por un nuevo retroceso de la economía. Los eufemismos resultan tranquilizadores. Añado el abuso de "cero" para indicar que no hay nada de algo. De paso, don Jesús me recuerda que lo de "polvo" con intención libidinosa procede del latín vulgar polutio. No creo que haya que llegar al latín vulgar. En el latín clásico pollutio es tanto como mancha, profanación, violación. Lo que pasa es que, en el lenguaje vulgar, el polvo no queda precisamente como una mancha; es algo ponderativo.

Por mi parte, sigo anotando en mi libretilla los descubrimientos del politiqués que oigo a personas empingorotadas. Por ejemplo, "partenariado", supongo que una adaptación del inglés partnership. Es una forma de idealizar a los consumidores y los trabajadores de una empresa como socios. No está mal. Me fascina lo de "primero de todo" (otro anglicismo). Queda muy bien lo de "a futuro" o lo de "en el medio plazo". Ya casi no parecen solecismos de tanto como se oyen. Bueno, ahora no se oye; se escucha. A estas alturas todavía hay algún tertuliano que dice "urbi et orbe", quizá porque "orbi" le parezca rebuscado. Se impone la moda de decir "familias" en lugar de "hogares" cuando se refiere a las unidades económicas domésticas, no a la parentela. Resulta una opción cansina. Tengo un libro dedicado del gran economista Román Perpiñá que dice: "Para Amando, recordándole que no hay familias sino hogares". Ha sido un buen consejo, aunque, naturalmente, hay familias y hay hogares. Lo que no se debe hacer es confundir ambos términos.
 

Nota bene: Anuncio que el fin de semana, 13 y 14 de julio, Denaes organiza en el Palacio de la Magdalena (Santander) una interesante escuela de verano. El título genérico de las intervenciones es "El estado autonómico a debate". Precisamente, en ese contexto doy una charla el sábado 14 de julio a las 10 de la mañana. Para inscribirse en dicha escuela se puede llamar al teléfono 942 76 47 65. También se puede hacer en la página web de la fundación.

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