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EDITORIAL

Cuando Zapatero habla sube el pan

Es inútil reprochar a Zapatero que saque la chequera a la mínima, por más que desde Libertad Digital volvamos a hacerlo una vez más y todas las que sea preciso. Es su naturaleza. La única salida para España es que salga del Gobierno. Lo antes posible.

Las declaraciones del presidente del Gobierno el pasado martes, cuando afirmó que se habían pasado en el recorte del déficit y que iban a incrementar el gasto, han provocado la reacción natural: una desconfianza absoluta en España y quien la dirige. Para entenderlo hay que recordar siempre que eso que se ha dado en llamar "los mercados" –cuando no "los especuladores"– no es más que un conjunto de personas y entidades que se dedican a invertir dinero, el propio y, sobre todo, el de otros: fondos de pensiones, de inversión, etc. Como cualquiera en su situación, evalúan tanto el riesgo de perder el capital como la rentabilidad que esperan obtener. De modo que cuanto más miedo tengan a un impago del Reino de España, más rentable tendrá que ser la inversión en deuda pública de nuestro país para que estén dispuestos a asumir el riesgo.

En sólo dos días, las palabras de Zapatero han provocado que en su conjunto los inversores estimen que hace falta que se les pague un 18% más para que les merezca la pena el riesgo. Es decir, que todos los españoles tendrán que pagar un 18% más de intereses para que José Blanco pueda sonreír satisfecho ante la perspectiva de poder reanudar varias obras públicas situadas todas ellas, oh sorpresa inesperada, en reconocidos feudos socialistas. Es decir

Sin duda, es cierto que el gasto en obra pública suele ser más productivo que en las miríadas de subvenciones, sueldos y derroches varios a los que nos tienen acostumbrados los socialistas de todos los partidos. También lo es que ésta no es una regla general, pues en tal caso bastaría gastarse el dinero de los impuestos en abrir zanjas para después cubrirlas para atraer una infinita prosperidad. No hay más que ver la cantidad de obras inútiles con las que se ha derrochado en multitud de municipios españoles el dinero de los planes E. Pero aún así podríamos llegar a estar de acuerdo con que no es el peor destino que podría darse a los impuestos.

Sin embargo, estamos en la situación lamentable en la que estamos por habernos excedido más de lo normal en gastar lo que no tenemos. No estamos en una situación de equilibrio presupuestario o de cierto superávit, sino ante un enorme déficit que las medidas del Ejecutivo sólo han paliado levemente. Y pese a ello, en cuanto Zapatero se ha sentido mínimamente libre de la presión de los inversores ha decidido tirar de chequera, con las consecuencias que cabía esperar.

Es inútil reprochárselo, por más que desde Libertad Digital volvamos a hacerlo una vez más y todas las que sea preciso. Es su naturaleza. La única salida para España es que salga del Gobierno. Lo antes posible.

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