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EDITORIAL

Madrid no se resigna

Aguirre tomó decisiones difíciles y gracias a ello Madrid es el mejor lugar de España para pasar la crisis. González parece que seguirá el mismo camino.

En sus nueve años al frente de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre siempre defendió que la austeridad, las medidas liberalizadoras y los bajos impuestos eran la mejor manera de conseguir crecimiento económico, unas cuentas públicas saneadas y unos servicios públicos de calidad y sostenibles en el tiempo. No por casualidad en el momento de su adiós Madrid era la más solvente, rica y próspera de las diecisiete autonomías. Por lo visto este miércoles, en la presentación de los Presupuestos regionales para 2013, parece que Ignacio González está dispuesto a mantener la misma ruta que siguió su antecesora.

Madrid, como todas las comunidades, tendrá que hacer un fuerte ajuste en el próximo ejercicio si quiere cumplir con los objetivos de déficit marcados por el Gobierno central. Sin embargo, González no ha cedido a la tentación de subir los impuestos y ha asegurado que conseguirá enjugar los 2.700 millones sin tocar los tributos, por lo que los madrileños seguirán siendo los españoles con los tipos impositivos más reducidos. En cambio, el Gobierno regional introducirá medidas de racionalización que, aunque impopulares, como la tasa de un euro por receta, son imprescindibles para reconducir el descontrolado gasto público español. Además, los Presupuestos apuestan por la venta de activos públicos (que aportarán hasta 700 millones de euros) y ahondan en fórmulas ya probadas con éxito, como la gestión privada de los servicios públicos, que permiten mantener su universalidad, mejorar su calidad y ahorrar muchos millones de euros a los contribuyentes.

Sin embargo, lo más destacado de las primeras cuentas que presenta González como máximo responsable de la Comunidad no son esos 2.700 millones de ajuste, sino lo que suponen como defensa de unos principios que marchan en dirección contraria a la corriente dominante en la política española:

– Mientras Gobiernos regionales, alcaldes y ministros se inventan nuevos tributos, incrementan los ya existentes y claman por medidas que les permitan aumentar sus ingresos, el Ejecutivo madrileño sigue centrado en la reducción del gasto.

– Mientras los responsables públicos extienden sus redes clientelares, González reduce a la mitad las subvenciones y acaba con las que se conceden a partidos, patronales y sindicatos.

– Mientras otros piden más competencias con el único objetivo de poner más trabas a los empresarios, inmiscuirse en la vida o limitar la libertad de los ciudadanos, el Gobierno del PP de Madrid elimina barreras para abrir negocios, liberaliza los horarios comerciales y abre la puerta a los inversores extranjeros.

– Mientras Artur Mas miente sobre el sistema de financiación autonómica para tapar sus errores de gestión, González se declara orgulloso de que los contribuyentes madrileños sean los que más aportan a la caja común (hasta cuatro veces más que los catalanes), incluso a pesar de que el sistema pactado en su día por Rodríguez Zapatero con ERC y el PSOE andaluz penaliza claramente a Madrid frente a Cataluña y Andalucía.

Es habitual ver cómo los políticos españoles culpan a alguna maligna fuerza externa (Alemania, la UE, los mercados, el déficit...) de todas las decisiones impopulares que según ellos se ven obligados a tomar para reconducir unas cuentas públicas que sólo su despilfarro ha llevado al límite de la insostenibilidad. En el discurso más famoso de su carrera política, Aguirre dejó claro que ella no se resignaría a dejar en manos de la izquierda y de los intervencionistas el relato de la crisis. Aguirre tomó decisiones difíciles y gracias a ello su región es el mejor lugar de España para pasar una recesión que parece no tener fin. González asegura que seguirá el mismo camino, y el proyecto de Presupuestos para 2013 parece confirmarlo. Los madrileños no podían haber recibido una noticia mejor.

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