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Emilio Campmany

Urnas y papeletas

Veremos si los andaluces prefieren el paraíso de algodón hecho de eternas subvenciones sinfín y simas de corrupción o eligen el purgatorio levantado a base de recortes del gasto y apretones de cinturón

En la última encuesta del CIS para las elecciones autonómicas del próximo 25 en Asturias y en Andalucía hay interesantes datos de los que extraer algunas consecuencias. El primer elemento llamativo es el hundimiento de Álvarez Cascos en Asturias. A bote pronto, es ésta una mala noticia porque el naufragio de Foro favorecería la victoria del PSOE y, si una victoria socialista es siempre algo luctuoso, en los tiempos de crisis que corren lo que el CIS anuncia es casi un cataclismo. Sin embargo, hay en ello más cosas positivas que negativas. Que se venga abajo un proyecto político personal donde el partido se llama como se llama para que sus siglas coincidan con las del nombre de quien lo encabeza ha de ser necesariamente bueno. España ha padecido el fulanismo político más que ninguna otra nación occidental y comprobar que esta patología pierde virulencia en el siglo XXI es mejor que si no lo hiciera. Luego, un resultado como el que pronostica el CIS, obligaría a Foro y al PP a hacer lo que los personalismos no les han permitido hacer hasta ahora, que es ponerse de acuerdo y gobernar.

En Andalucía, el CIS nos cuenta que allí no está todo el pescado vendido todavía. El PP podría lograr la mayoría absoluta o quedarse a un escaño de ella. Veremos pues si los andaluces prefieren el paraíso de algodón hecho de eternas subvenciones sinfín y simas de corrupción o eligen el purgatorio levantado a base de recortes del gasto y apretones de cinturón que el PP ha empezado a construir en toda España y que Arenas impondrá allí. Los andaluces, que llevan lustros siendo narcotizados con chutes de dinero público, han preferido hasta ahora cerrar los ojos a las tropelías que con sus impuestos y los de los demás hacían los camellos que los esclavizaban. Veremos si son capaces de desembarazarse de ellos e irse con quien les promete sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor para hoy y el verdadero paraíso para mañana, el de trabajar y no tener que depender de la prestación pública.

También sería relevante que en Andalucía, como parece que hará en Asturias, irrumpiera UPyD. El CIS cree que no lo hará, pero falta poco. Rosa Díez se queja siempre del sistema electoral, hecho para favorecer a los partidos grandes. Pero, ese mismo sistema le ha de terminar permitiendo arrojar al PSOE a la marginalidad y hacerse con el liderazgo de la izquierda hispana si consigue ir metiendo la cabeza en todas partes. Basta que un día se corra la voz de que el voto útil es el suyo para que el sorpasso se dé de una tacada y sea UPyD el que reciba de golpe todos los beneficios de los que disfrutan los partidos grandes y el PSOE el que padezca los castigos previstos para los partidos pequeños. A tales efectos, entrar en el parlamento andaluz sería una magnífica noticia. Ojalá lo consiga.

El Sr. Campmany es jurista y escritor, comentarista político de esRadio. Autor de la novela Quién mató a Efialtes. Miembro del panel de Opinión de Libertad Digital.

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