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Ignacio Villa

Montilla, déjenos en paz

En varias Autonomías hay varios canales de televisión –en Cataluña hay tres– y no pasa nada. En Madrid, en cambio, no tenemos los mismos derechos que los catalanes. A eso se le llama discriminación

El ministro Montilla ha montado una operación en toda la regla contra la libertad de expresión en la Comunidad de Madrid. El ministro de Industria no sólo prohíbe a Telemadrid que su segundo canal emita en abierto; ahora amenaza con tomar medidas contra el Ente público autonómico si decide iniciar las emisiones. Recordarán ustedes que Montilla no hace muchos días realizaba una amenaza "cuasi policial" al director general del Ente Público en caso de que se iniciaran las emisiones.
 
Por cierto, ¿Montilla es ministro de Industria o de Gobernación? Quizá el problema no sea cuál es su tarjeta de visita; la cuestión, seguramente, es la forma y manera de entender la política. Montilla viene de la tierra del 3% y del Carmelo. Esta acostumbrado al llamado "oasis catalán" en donde todo se soluciona con "ententes cordiales y algo más" a cambio de no tocar al político.
 
Señor ministro, lo siento pero en Madrid no tenemos chanchullos como el Carmelo. Aquí no puede hacer como hizo su compañero de partido –Joaquim Nadal– que convocó a los medios de comunicación catalanes para imponer la ley del silencio. Eso lo harán ustedes desde el poder y con el poder, pero eso no son reglas democráticas. Y lo cierto es que desde el ministerio de Industria no están midiendo a todas las Comunidades Autónomas por el mismo rasero.
 
En varias Autonomías hay varios canales de televisión –en Cataluña hay tres– y no pasa nada. En Madrid, en cambio, no tenemos los mismos derechos que los catalanes. A eso se le llama discriminación. Por cierto, esta decisión, ¿no será una pataleta de Montilla por el reparto de televisiones locales realizado por el Gobierno madrileño? Como saben, en ese reparto el Grupo Prisa no se ha llevado ningún canal, el mismo Grupo al que el Gobierno Zapatero le ha regalado una televisión en abierto por el artículo 33.
 
Solo pedimos una cosa, que el señor Montilla nos deje vivir en paz y que no interfiera en la libertad de expresión. Con eso es suficiente.

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