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Jorge Vilches

El domingo al sol

Alimentar el complejo de invitado a la democracia no creo que dé la imagen de ganador, algo que es imprescindible en todo partido que aspire al poder, aquí y en cualquier lugar civilizado.

Las encuestas son como esos estudios de mercado basados en llamadas telefónicas a unas 1.700 personas: poco de fiar. No obstante, el resultado de las elecciones del 7-J parece que no va a deparar una gran sorpresa. La victoria del PP se antoja clara. Lo interesante, entonces, es indagar en las consecuencias de la consulta, en los efectos de los resultados electorales. 

El PSOE tendrá al menos tres respuestas posibles ante un escenario de derrota en las urnas; tres respuestas que no tienen por qué ser excluyentes. La primera es achacar el varapalo en las urnas al aprovechamiento electoral que ha hecho el PP de la crisis económica al "dramatizar" –expresión muy querida por nuestro presidente– los efectos sobre el desempleo y el descenso en la calidad de vida de los españoles.

La segunda respuesta socialista tras el 7-J puede ser echar la culpa a su propio candidato. Esto no lo suele hacer ningún partido de cara al exterior, pero siempre se filtran a los medios las críticas internas. El perfil bajo de López Aguilar, su diapasón mortecino y la retórica insulsa, a lo que se añade una despersonalización constante aludiendo permanentemente a Zapatero y a Obama (no haré comentarios sobre la conexión planetaria pajinesca), la verdad es que no le han convertido en el candidato ideal. Puede ser la víctima propiciatoria, pero no hay que olvidar quién le puso ahí: Zapatero.

La tercera respuesta a la derrota pertenece al mundo de lo onírico: el PSOE asumiría públicamente el fracaso de su política y anunciaría una nueva. Esto solamente es posible si Güemes ha acertado al referirse al uso que el Gobierno podría haber dado a los "brotes verdes". ¿Por qué? Porque sería admitir que el PP tiene razón, y esto no lo va a hacer nunca.

Ya, pero ¿y el PP? ¿Qué efectos tendrá en el PP? Aparte de los parabienes, besamanos y esperanzas, será un respaldo a una estrategia electoral enquistada en el partido hace tiempo y que no sirve para ganar, sino para no perder. Si es cierto el informe filtrado a la prensa con las recomendaciones a Mayor Oreja de los expertos electorales, las enseñanzas que pueden sacar en el PP son fundamentalmente dos.

Una, que sólo pueden ganar con la "sociedad anestesiada", como han escrito los expertos. Es decir; que sólo tendrán abierta la puerta de atrás del poder, y cuando la gente no esté movilizada, ni motivada, y le importe muy poco la política. Es más, si no hay campaña electoral casi mejor. Alimentar el complejo de invitado a la democracia no creo que dé la imagen de ganador, algo que es imprescindible en todo partido que aspire al poder, aquí y en cualquier lugar civilizado. Y segunda enseñanza: que Rajoy no se puede comparar con Zapatero, según dicen los expertos, porque el PP pierde las elecciones, lo que ya es triste, muy triste. Una opción política no se puede presentar a la sociedad como el partido de los mejores, y a renglón seguido esconder a su líder porque no hay confianza en que dé la talla frente al adversario.

Iré a votar, pero, ¿qué tiempo va a hacer el domingo?

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