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Juan Morote

Chufla, chufla

No cabe lo de pésimo, por cuanto que aunque la gramática lo prescribe, lo cierto es que a veces conocemos sujetos, como Salgado, capaces de empeorarlo.

Se ha arrancado el Financial Times con una obviedad: no es otra que la consideración de la ministra Salgado como la tercera peor valorada de entre los ministros de economía de la Unión Europea. Es curioso, por qué lo consideraran noticia. Veamos, si esta señora va a batir todos los records negativos imaginables, de desempleo, de incremento de la prima de riesgo, de incapacidad para limitar el gasto público, de descontrol interno, de descoordinación entre administraciones, de inflación de ministerios y miniministerios, dizque consejerías autonómicas, y un sinfín de despropósitos más; ¿dónde está la noticia? ¿Qué hay de novedoso en decir que un inútil es una inútil? La verdad es que no hallo lo noticiable por ningún lado.

En segundo lugar, no es menos grave o, al menos, llamativo que no se le pueda espetar a esta señora, señorita o lo que sea, que es una perfecta indocumentada, porque entonces nuestro lenguaje nos convierte en unos machistas impenitentes. ¡Qué curioso! Si llamamos al interior diestro del Real Madrid, al señor Di María, "el fideo" no estamos cometiendo ningún tipo de contravención machista, en cambio, si llamamos a Salgado "la fetuccini" especialmente quienes hemos tenido el placer de degustarlos en Alfredo, finos finos y muy planos, entonces seremos considerados unos sexistas irredentos y no sé cuantos disparates más. Pues bien, sea como fuere, lo bien cierto es que esta palanganera del morfing entre Carlos Jesús y Mr. Bean, ha conseguido el dudoso honor de contar con más de cinco millones de parados y todos sin ninguna esperanza de dejar de serlo.

A este "fetuccini", sin la salsa de Alfredo, y sin aditamento alguno que la haga digerible, la han clasificado como lo peor entre lo peor. No cabe lo de pésimo, por cuanto que aunque la gramática lo prescribe, lo cierto es que a veces conocemos sujetos, como Salgado, capaces de empeorarlo. Ahora bien, vista la clasificación, no le ha importado ni un pimiento el galardón recibido. Cree que siguiendo al iluminado de la Moncloa contribuirá al triunfo de la razón entre tanto interés reaccionario. No se da cuenta de que le va a pasar como al borracho que caminaba por la vía del tren y cuando este último le pitaba para que dejase libre la vía, el borracho contestaba: "Chufla, chufla. Que como no te apartes tú". Así, serán los acontecimientos los que borrarán del mapa a tan infravalorada ministra, o lo que sea.

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