Que un socialista andaluz, educado en los tejemanejes de una tela de araña descomunal, se comporte como un sectario hacia el exterior, esto es, hacia otros partidos a derecha e izquierda, no es nada nuevo. Ha sido lo habitual en una Andalucía donde durante años se decía que el PP era franquista y que el PCE e IU de Julio Anguita y Luis Carlos Rejón y sucesores eran, además de traidores, "extraterrestres", como llamó al exalcalde de Córdoba, Felipe González.
Pero hay otros socialistas que no contentos con practicar el sectarismo y la exclusión de quienes no piensan como ellos en la sociedad, mutilan o acaban sin piedad con las trayectorias políticas de otros socialistas que no están de acuerdo con las posiciones defendidas por el aparato del poder que domina en cada momento.
De María Gámez, la recién dimitida directora de la Guarda Civil, nada menos, supimos mucho de esta segunda tendencia por su enfrentamiento en 2010 con el socialista del sector crítico a la dirección regional entonces representada por José Antonio Griñán, Ignacio Trillo, que competía con ella para hacerse con la candidatura a la alcaldía de Málaga.
El caso Trillo: un socialista al que forzó a dejar el PSOE
Trillo cometió el error metafórico de llamar "felación política" a las relaciones de la candidata griñanista a la alcaldía, que no era otra que María Gámez, lo que fue aprovechado al minuto siguiente por Marcelino Iglesias, entonces secretario de organización del PSOE de Málaga, para impulsar la expulsión del PSOE del crítico Trillo.
Lo que dijo exactamente en su portal privado de Facebook fue:
Lo lamento, como socialista. Me resultan totalmente incomprensible e impropio ese desplante de las no respuestas. Asimismo, por mucho que se autoestime, que temiera un debate o someterse a elección por las urnas de primarias y haya preferido la dedocracia, eso que tan poco hay que valer para que cualquiera, a cambio de una integral "felación" política al aparato del partido que se trate, pueda ser nominad@.
Pero desde el principio, Trillo ya barruntaba que se le venía encima la expulsión del PSOE y en su blog, decía: "¿Se ha puesto en marcha la operación derribo descontrolado por Meli Gallarza, como brazo ejecutora, para la expulsión como militante del PSOE de Ignacio Trillo?".
Y añadía: "Meli Gallarza, secretaria general de Igualdad del PSOE de Málaga, desde la propia sede provincial del PSOE malagueño, sita en la calle Fernán Núñez, 16, ha remitido, con fecha de hoy 22 de diciembre a las 15 horas, una carta oficial a la militancia socialista en la que expone textualmente lo siguiente":
El compañero Ignacio Trillo ha escrito que María Gámez es candidata del PSOE "a cambio de una integral ‘felación’ política al aparato del partido. Me gustaría que enviéis un mail a secretarioorganización@psoemalaga.es en el que manifestéis vuestro rechazo ante tales manifestaciones machistas y sexistas, solicitando asimismo que se tomen las medidas disciplinarias oportunas.
Según Trillo,
está clara la intención de esta torpe operación, puesta en marcha por la que pareciera una burda y ridícula aprendiz de las técnicas estalinistas o de las depuraciones en el Tercer Reich, impropia por tanto a que a tan temprana edad hayan sido asumidas por la joven Meli Gallarza. Además lo realiza como responsable de la Secretaría de Igualdad de un partido democrático, incardinado en un Estado de Derecho.
Trillo ya se enfrentó al aparato del PSOE que apoyaba a Griñán con María Gámez al frente cuando exigió elecciones primarias en Málaga para elegir al candidato/a a la alcaldía de la capital, pero vio cómo Griñán negaba la celebración de primarias en toda Andalucía, con permiso de Zapatero.
Hace menos tiempo, con ocasión de ser nombrada por el sanchismo nueva subdelegada del Gobierno en Málaga, en medios digitales nada sospechosos de vinculación a la derecha andaluza, se hizo pública una carta de su antigua víctima, el día 2 de julio de 2018.
En la carta en la que el exdelegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga y ya exmilitante del PSOE, Ignacio Trillo, reflexionaba en un artículo para El Confidencial Andaluz sobre la decisión del delegado del Gobierno en la comunidad andaluza, el ‘sanchista’ Alfonso Rodríguez Gómez de Celis de nombrar subdelegada del Gobierno en Málaga a María Gámez, quien hasta su retirada hace dos años de la vida política era portavoz socialista en el Ayuntamiento de la capital y también fue delegada de Gobierno de la Junta.
Escribió Trillo:
Me refiero sobre todo en lo expuesto, a su nombramiento como subdelegada del ‘gobierno Sánchez’ en la provincia de Málaga a la señora Gámez, justo cuando va a hacer el próximo mes de agosto dos años desde que por, naufragada en política y a la vista de que no la nombraron consejera de la Junta tras haber perdido nuevamente las elecciones municipales, se vio obligada a abandonar el barco de la actividad política, dejando tirado al sector disciplinado del electorado socialista que la había votado y a su propio grupo de ediles, además hecho pedazos.
Más laminaciones internas: Hernández Pezzi
En 2013, dejaba el partido el que fue considerado la "estrella" del PSOE malagueño, el arquitecto Carlos Hernández Pezzi, fichado en 2011. Pero se quedó con su acta de concejal y siguió en el pleno municipal del Ayuntamiento de Málaga como concejal no adscrito.
Libertad Digital publicó entonces que "los motivos de esta nueva espantá de quien fuera nada menos que presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España tienen que ver con su situación profesional y laboral. Pezzi pidió la reincorporación a su plaza en la Diputación y decidió ocuparse sólo a tiempo parcial de sus tareas municipales. Pero la portavoz del grupo socialista, María Gámez, aprovechó la marcha del edil José Sánchez Maldonado (recién nombrado consejero de Economía) a la presidencia de la Autoridad Portuaria y exigió exclusividad a sus concejales. Su resultado fue la renuncia de las independientes Anabel Cerezo y Cristina Guerrero y la negativa de Hernández Pezzi a entregar su acta."
El arquitecto Hernández Pezzi, subrayó El País, se quedó como concejal raso, a tiempo parcial y sin responsabilidades en el grupo municipal. Asumió su nueva condición con severas críticas y reproches hacia Gámez y su nueva estrategia permaneciendo aislado del resto de compañeros. Gámez que le conminó a respetar las reglas del PSOE, esto es, las de ella, o marcharse. Hasta le quitaron la mesa como si fuera un apestado.
Hernández Pezzi dijo que no era informado de las iniciativas del grupo Socialista y se sentía como "un exiliado" dentro del Ayuntamiento. En una carta dirigida a Gámez, escribió: "Hace 13 años que milito en el PSOE y nunca creí que se produjera un desenlace así", lamentaba Hernández Pezzi, que aseguraba además no estar satisfecho con la situación porque "mis vínculos políticos son muy superiores a estas escaramuzas de partido".
María Gámez y la Operación Malaya
Además de este contratiempo, María Gámez tuvo otro más grave cuando José Antonio Roca, el principal acusado del juicio de la Operación Malaya, amenazó en 2010 con airear unos documentos en los que podrían figurar algunas andanzas de la candidata socialista. De hecho, Gámez iba en la lista de testificales propuestas por la defensa de Juan Antonio Roca para la fase del juicio dedicada a 'Crucero Banús' en el macrojuicio de la Operación Malaya.
Según adelantó La Opinión de Málaga, debía testificar sobre un informe –"obrante al tomo 2 de las diligencias de prueba"– relativo a convenios urbanísticos, para que lo ratificase o, en su defecto, aclarase el punto de vista que defendió en ese documento. Luego Roca decidió retroceder y no llamarla al estrado.
María Gámez, nacida en Sanlúcar de Barrameda e hija de farero, se fue a Galicia y volvió a Málaga muy joven. Estudió en un colegio de monjas. Un hombre anónimo le pagó los estudios. Y nadie conoce su nombre. A partir de tercero de la carrera de Derecho, compaginó los estudios con el trabajo de auxiliar administrativa en la delegación de Agricultura donde el jefe de Servicio era Francisco de la Torre, hoy alcalde de Málaga, que acababa de abandonar su cargo en la Diputación de Málaga.
Griñán saludó a su nueva candidata a la alcaldía: "Hoy es el primer día en una nueva Málaga, la que nos va a ofrecer el PSOE y María Gámez." ¿Qué habría dicho si hubiera sabido que el destino le reservada a su "fósfora" la dirección general de la Guardia Civil?
Gámez, agraciada con una "beca black"
Lo contó El Mundo: "Los candidatos del PSOE a los ayuntamientos de Huelva, Granada y Málaga, Gabriel Cruz, Francisco Cuenca y María Gámez, respectivamente, se beneficiaron de las becas para cursar la diplomatura en Alta Dirección de Instituciones Sociales por el Instituto Internacional San Telmo procedentes del fondo de reptiles para los ERE".
La Dirección General de Trabajo y Seguridad Social de la Junta concedió una subvención de 280.000 euros a la Fundación San Telmo para becar a 80 alumnos en los cursos 2008 y 2009. Un dinero que, según la Junta de Andalucía, proviene de subvenciones ilegales que la Consejería de Empleo dio entre 2004 y 2010.
Gabriel Cruz cursó la diplomatura en 2009 cuando era delegado de la Consejería de Vivienda en la provincia de Huelva. El Mundo le telefoneó para preguntarle cómo llegó a este curso de Alta Dirección en Instituciones Sociales y no quiso contestar. Finalmente, fue elegido alcalde de Huelva.
En ese mismo año, en la edición en Málaga del curso, se diplomó en Alta Dirección de Instituciones Sociales el entonces delegado provincial de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa en Granada, Francisco Cuenca. Finalmente logró ser alcalde de Granada.
La tercera candidata socialista a alcaldesa que obtuvo una beca del fondo de los ERE fue María Gámez, cabeza de lista en Málaga. Gámez hizo su diplomatura en 2006 cuando era delegada provincial de Innovación, Ciencia y Empresa en Málaga. La Junta aportó en aquella ocasión 260.000 euros del fondo de los ERE para formar a 60 participantes, pero no consiguió ganar las elecciones nunca.
Cuando se preguntó a Gámez, explicó que fue la Delegación de la Junta en Málaga quien ofreció ese curso a políticos y altos funcionarios. La entonces candidata afirmó que no preguntó cómo se financiaba esa formación especializada porque "era ofertada por la Junta, así que no vi nada preocupante".
Acusaciones de maquillar la situación de inseguridad en Málaga
El 3 de enero de 2019, siendo ya subdelegada del gobierno en Málaga y, por tanto, con competencias en Seguridad, fue acusada por medios d la izquierda de fantasear en materia de seguridad en la provincia de Málaga.
Sus llamadas fantasías las hizo en una entrevista en la Ser el 24 de diciembre de 2018. Según el Observador de Málaga, la realidad dista de la positiva visión que ofrece la socialista. En 2018 hubo 18 muertes violentas en la provincia malagueña, el doble que en 2017, según recoge el Málaga Hoy. Para ella, eso era consecuencia de la efectividad policial.
En la tela de araña andaluza
El Gobierno de España investigó el uso dado a un edificio de Redsa construido con fondos europeos de I+D en el Parque Tecnológico de Andalucía, en Málaga. En 2008, el Ministerio de Ciencia e Innovación, cuya titular era la socialista Cristina Garmendia, concedió casi 5 millones a Redsa en un préstamo sin interés pagadero en 15 años en un momento en que las entidades financieras no daban crédito a nadie para la construcción de un Centro de Investigación de la propia empresa en el parque Tecnológico de Málaga.
Pero en vez de ello se alquiló a Indra. Dos personas estaban en tal centro de la investigación: Bienvenido Martínez, hermano de Juan Carlos Martínez, un colaborador de Gaspar Zarrías, y Joaquín Moya-Angeler, presidente de la Corporación Industrial de Andalucía, dependiente de la Junta, y socio de Felipe González y su hijo Pablo.
Martínez y Moya-Angeler coincidieron en IDEA, la famosa gestora del fondo de reptiles del caso de los ERE y señalada de nuevo por los negocios de Invercaria. Bienvenido Martínez fue alto cargo de IDEA y Moya Angeler fue consejero.
Como hemos dicho, Bienvenido Martínez es hermano de Juan Carlos Martínez, que trabajaba en el gabinete del ya exconsejero Francisco Vallejo, titular de la Consejería en el momento de la construcción del centro y responsable de las ayudas de la Junta, y de Bernat Soria en el Ministerio de Sanidad y cuyo último puesto en la Junta ha sido llevar un observatorio de Innovación en la Agencia IDEA en Málaga, ciudad donde residía con su compañera sentimental, que no era otra que la entonces exdelegada de Innovación de la Junta, María Gámez. Juan Carlos Martínez fue asimismo director de gabinete de Gaspar Zarrías cuando ocupaba la Secretaría de Estado de Cooperación Territorial.
Antes, la Junta de Andalucía había contratado a Experience Management Group (EMG), empresa de Bienvenido Martínez, entonces consejero delegado de Redsa, para llevar su centro de negocios en Madrid, dependiente de la Agencia IDEA, cosa que fue denunciada por el PP. Sólo quedaron oficinas vacías. La empresa de Bienvenido Martínez se creó poco antes de la adjudicación del contrato.
Martínez había desempeñado la presidencia de Santana Motor, una fábrica de perder dinero de la Junta de Andalucía y fue consejero de Sadiel y Sandetel, así como responsable de inversiones estratégicas de IDEA.