
La noche del 8 de agosto de 2025 muchos cordobeses no la van a olvidar. Las imágenes de las llamas saliendo por la cubierta de la Mezquita-Catedral de Córdoba que circulaban por las redes sociales hacían presagiar lo peor y recordaban el incendio de la Catedral de Notre Dame en París que destruyó parte del monumento. Sin embargo, en la ciudad andaluza este incendio que se originó en unas barredoras eléctricas y que fue posible por la "mala suerte" fue seguido de una concatenación de actos de "buena suerte" que en poco tiempo consiguieron minimizar el daño. Libertad Digital ha accedido a las obras de restauración de este Patrimonio de la Humanidad que trata de volver a la normalidad tras el susto del incendio.
Pese a las críticas de la izquierda, que sigue presionando para que el Estado expropie a la Iglesia la Catedral de Córdoba usando el bulo de la inmatriculación del inmueble por 30 euros, que "no llegaron ni siquiera a cobrarse", el protocolo antiincendios funcionó a la perfección. Desde el departamento de Comunicación del Cabildo, su responsable, Agustín Jurado, cicerone de LD en el monumento cordobés, cuenta que "si los bomberos suelen tardar 6 minutos en llegar, ese día lo hicieron en 3". La mayoría de los trabajadores y parte de los bomberos de la ciudad aunque estaban de vacaciones o a punto de irse ese viernes 8 de agosto se incorporaron rápidamente a las labores de extinción del fuego.
El fuego se produjo en una zona que los servicios de mantenimiento de la Mezquita de Córdoba habilitaron en uno de los accesos ("eso nunca ha sido capilla, eso otro de los errores que han salido", destacan desde el Cabildo). Allí estaban las barredoras desconectadas de la red eléctrica. Fue una de las baterías la que comenzó a arder y rápidamente se propagó por la zona en la que había sillas que se utilizan habitualmente en la Catedral cordobesa. "No era en una capilla, sino una de las puertas laterales", cuenta R., uno de los arqueólogos que trabajan en el principal monumento de la ciudad andaluza. El Cabildo había comprado unos inmuebles cercanos que estaban siendo habilitados para guardar este tipo de material que se usa varias veces a la semana y sacarlo "por una cuestión más estética" que por el riesgo que podía haber. Sin embargo, no dio tiempo a que esas obras estuviesen completadas.
Mínimo daño patrimonial
La Mezquita-Catedral de Córdoba funciona a pleno rendimiento este miércoles de octubre algo nublado con la ciudad repleta de turistas que acuden al festival Flora. Una de las atracciones de este certamen está, precisamente, en el Patio de los Naranjos del monumento y los visitantes no dudan en fotografiarla antes de entrar en el patio de columnas. El Cabildo ha ocultado con unas lonas y tablones la zona del incendio que al entrar es prácticamente imperceptible. El techo de las últimas bóvedas de la ampliación de Almanzor está limpio y pintado y apenas quedan restos del humo que provocó el fuego en algunos de los característicos arcos rojos y blancos.
El trabajo de restauración está siendo muy minucioso actuando centímetro a centímetro de la zona afectada, usando una moderna máquina equipada con un láser. Una restauración que desde el Cabildo insisten en negar que se está realizando con dinero público, como se ha criticado por parte de las asociaciones que buscan la expropiación del monumento. En un primer momento la Junta de Andalucía dijo que iba a dar 1 millón de euros y el Cabildo de la Catedral de Córdoba lo negó. "Ese mismo día salimos diciendo que no", ya que hay "un fondo de contingencia" en las arcas de la institución cordobesa para este tipo de situaciones.
Al acercarse a la zona afectada por el fuego, la Puerta de San Nicolás, situada entre las capillas de San Nicolás de Bari y la de Nuestra Señora de la O, también conocida como la de la Expectación, aún se percibe un ligero olor a quemado. Una sucesión de andamios que sube hasta las cubiertas, lo más afectado por el incendio, oculta las capillas. Una estructura de madera sujeta una de las columnas "de caliza micrítica de aquí de la Sierra, una roca metamórfica muy dura, más que el mármol" que los técnicos están valorando si sustituir al haber quedado dañada.
Se oye a los operarios trabajar en las cubiertas, lo primero que va a ser sustituido para evitar las consecuencias de las lluvias invernales. R., el arqueólogo, explica que "hemos tenido la suerte tan grande de que el fuego se produjera en este sitio precisamente porque no había sido capilla antes y, lo segundo, que las cubiertas que tocó el fuego se sustituyeron todas en 2018 y 2019". "Ahora se nos llena la boca con la sostenibilidad y todo esto pero este edificio ha sido sostenible de toda la vida. Desmontaban una cubierta en un sitio y las maderas que se veía que estaban bien se guardaban para cuando hubiera que arreglarlo. Incluso en la misma reparación de esas cubiertas se volvían a usar las que estaban bien", añade el experto.
"Por ahí se ha podido salvar lo que había de histórico entonces lo que se ha quemado es la cubierta de madera reciente", afirma R. El arqueólogo destaca que "no ha habido pérdida patrimonial ninguna" y cuenta que "en cuanto a los objetos tenemos un plan de salvaguarda" y "en el momento en el que se identificó que había un problema de fuego se vino el equipo de seguridad, que siempre hay un retén, cogieron lo que vieron que había que sacar y se salvó. Los protocolos están muy bien establecidos y los bomberos tardaron poquísimo".
El experto en la Mezquita-Catedral de Córdoba afirma que "lo único que sí se ha perdido es una bóveda del siglo XVIII que cayó por el desprendimiento de una cubierta". La cantidad de agua utilizada por los servicios de bomberos para extinguir el fuego hizo que se hundiera por el peso que estaban soportando. "Tuvieron que echar mucha agua", aporta R., que más adelante cuenta que "estábamos preparando con el equipo técnico modos de extinción de incendios de agua pero limitando la cantidad de agua, un proyecto que ya había autorizado el Cabildo".
La importancia del protocolo
"No es por sacar pecho, pero nosotros tenemos esto muy muy ensayado", destaca el arqueólogo sobre el plan de seguridad y los protocolos que en tiempo récord acabaron con el incendio de la Mezquita-Catedral. Desde el comienzo se trató de comparar y lo sucedido en Córdoba con lo que pasó años antes en París con Notre Dame. Sobre esa cuestión, R. indica que "no es el mismo caso. Conozco el informe y lo hemos estudiado y hemos revisado los medios de seguridad que tenían". Del protocolo que evitó el desastre en la ciudad andaluza dice que "cada vez que hay bomberos que aprueban las oposiciones una de las primeras visitas es aquí. Se les enseña el edificio, se les explican los protocolos y todos los años se hacen simulacros".
El arqueólogo de la Mezquita destaca que "parece una tontería, pero estaba ensayado y además hemos tenido a favor que era un sitio muy accesible. Los ensayos solemos hacerlos con cosas más complejas, más complicadas. Esto es muy accesible tanto desde el exterior como desde el interior". R. indica que "yo sé que han venido representantes de muchos sitios a que se les expliquen los protocolos. Han venido, bomberos principalmente, tanto de España como del extranjero".
La primera fase de la restauración
Hasta ahora los técnicos lo único que han hecho es "limpiar todo lo que había y colocar una cubierta temporal" y "justo la semana pasada recibimos la autorización para la primera fase de la restauración", cuenta R. El arqueólogo de la Mezquita-Catedral resalta que esta primera fase estará centrada en "las cubiertas" que era "lo que más nos preocupaba". "Hay que investigar y afinar algunas cuestiones", apunta R., como la "prestación del proyecto de restauración de la parte interna que fundamentalmente se va a centrar en una limpieza de los elementos".
Antes de arrancar con esta fase "se ha limpiado todo con métodos manuales con cepillo, primero lo que estaba más suelto y también con láser porque estaba un poco más incrustado" ya que "el humo cubrió toda esta nave entera (señala hacia arriba), cubrió la nave lateral y fundamentalmente la capilla de San Nicolás que está al norte y al sur la capilla de la Expectación". El arqueólogo añade que "la capilla de San Nicolás tiene una bóveda del siglo XVI" y "ha evitado que la cubierta de madera" se quemara porque "el fuego se propagó a nivel de cubierta".
El "efecto chimenea" que se produjo en esa zona entre las dos capillas hizo que el fuego subiera hacia las cubiertas por lo que los retablos "están intactos" y solo haya que "limpiar un poco de humo". El arqueólogo ha dicho que "si las vigas se hubieran acabado de quemar, habría sido un estropicio porque se habría derrumbado toda la cubierta". En cuanto a la restauración cree que "en realidad se tarda casi más en hacer los proyectos, en estudiar cómo devolver las cosas a su estado original", que en hacerlo.
Sobre la columna afectada destaca el arqueólogo que "todavía está en periodo de estudio y no sabemos si habrá que sustituirla o no. El fuego sí le ha afectado" porque aunque es "una roca metamórfica muy dura" están "esperando el análisis arquitectónico y también el análisis desde el punto de vista del tipo de piedra para ver si es capaz de soportar las cargas y los pesos con la sección que se le queda a la columna".
R. se despide de Libertad Digital mientras turistas curiosos se asoman al espacio protegido que se ha quedado entreabierto. Un paseo por el exterior de la Mezquita-Catedral permite ver aún restos del humo que salió por la Puerta de San Nicolás y la estructura que se ha colocado para restaurar las cubiertas. Dos meses y medio después del gran susto que nos llevamos los cordobeses el viernes 8 de agosto, parece que no tardará en quedar en una mala pesadilla.







