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Carlos Pérez Gimeno

Alfonso Díez en el punto de mira

Desde hace unos días el comentario en los mentideros periodísticos es el de la existencia de unas fotos del funcionario con un señor en Santander un tanto comprometedoras.

La historia que se traen entre manos la Duquesa de Alba y Alfonso Díez da mucho juego. No hay día que no se hable de ellos; cuando no es por un tema, es por otro. Digo esto porque desde hace unos días el comentario en los mentideros periodísticos es el de la existencia de unas fotos del funcionario con un señor en Santander un tanto comprometedoras, lo que abriría la puerta a dañar la imagen del “amigo íntimo” de la señora duquesa. Si esto fuera cierto no creo que variasen mucho los sentimientos de Doña Cayetana, que es una mujer muy lista y está al día de lo que acontece y ha acontecido en la vida de Alfonso. Él, de momento, debería estar expectante, porque ese material puede tener dos salidas: una, que lo compre una revista más dada a publicar escándalos, y otra, que se haga con ellas una publicación afín a la aristócrata, que prefiere cuidar a sus personajes, y que opte, a pesar de la crisis, por adquirirlas y guardarlas porque si llegasen a ver la luz podrían ser altamente perjudiciales para la imagen pública de Alfonso. Los que las han visto, comentan que son bastante definitivas y que se está pidiendo mucho dinero por ellas, pero todo esto no deja de ser un rumor y con este tipo de hechos se suele exagerar mucho. Siempre queda la posibilidad que todo quede en agua de borrajas.

De todos modos, Alfonso, que se ha metido en este juego tan peligroso y va de galán, debería cuidar más sus amistades y andar con pies de plomo. Y yo me pregunto: ya que él siempre comenta lo bien que se lo pasa con ella, cosa que no dudo por la vida tan interesante que ha tenido su amada, ¿le divertiría tanto una señora 25 años mayor que él si no fuese nada más y nada menos que la Duquesa de Alba?

De momento, él aguanta todo lo que le echen y desaparece cuando los hijos aparecen en escena. Ellos son siempre muy discretos cuando se les pregunta por el acompañante de su madre. Hasta la pequeña de la Casa de Alba disimula muy bien delante de un micrófono: “Mi madre está muy bien”. La realidad es otra. Ese tema le horroriza.

Están más tranquilos pero ya se sabe que Cayetana de Alba es imprevisible y siempre hace lo que le viene en gana. Es de esperar que un día no cambie de opinión y dé la sorpresa, aunque ha dicho en repetidas ocasiones que de boda, nada. ¿Lo cumplirá? De momento, ya se comenta que están preparando otro viaje. En Egipto, las fotos con el turbante de Alfonso dieron para muchos comentarios. Esperemos que las próximas sean aún mejores… A eso se le llama un buen estilismo.    

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