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Carlos Pérez Gimeno

La Duquesa de Alba se pierde la gran noche de su ahijado

Doña Cayetana, como es sabido, es una enamorada del flamenco, y ha sido una lástima que no haya podido trasladado desde Sevilla

Había una gran expectación, por ver a la duquesa, en el Festival Flamenco de Granada, pero a última hora, envió una nota a la organización excusándose a consecuencia de una infección estomacal.

Doña Cayetana, como es sabido, es una enamorada del flamenco, y ha sido una lástima que no haya podido trasladado desde Sevilla, para ver bailar a su ahijado artístico, Juan Andrés Maya y haber podido disfrutar de su arte, como lo hizo durante su visita el pasado año, la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama.

La señora duquesa, no suele salir de noche y su intensa vida social la suele hacer durante el día. En ésta ocasión iba hacer una excepción, por tratarse de una persona muy querida para ella.

El poder ver encima de un escenario, a Juan Andrés Maya, es un verdadero lujo, y si encima se le añade la presencia de su gran amigo el cantaor Miguel Poveda, el arte está servido.

En el teatro Isabel la Católica no había ni una sola butaca vacía cuando hicieron su aparición; el público que abarrotaba la sala se puso en pie y no dejó de ovacionarles. Fue una noche mágica.

Poveda, que actuó de forma desinteresada, por la amistad que les une desde hace años, comentó que el bailador era pura energía, y los dos coincidieron en que no había nada preparado, todo fue improvisado. En la actualidad, está terminando de grabar su último disco, que saldrá a la venta el próximo mes de febrero.

Al preguntarle por su amiga, Isabel Pantoja, con la que ha grabado el programa especial de Nochebuena, de Tele 5, la definió diciendo: "Ha trasladado a una época dorada a la copla. Es mágica, y desprende puro arte", concluyó.

Carmen Lomana, que no quiso perderse el acontecimiento, no paraba de comentar lo fascinada que estaba. "He disfrutado muchísimo con estos artistas," Juan Andrés es un fuera se serie, y Miguel Poveda es extraordinario"

Después de la actuación, primero una cena, y después más baile flamenco, de forma más privada, donde Carmen hizo alarde del buen ritmo que le corre por sus venas. Lo pasó tan bien que prometió volver.

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