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Cuando la Reina Sofía desafió al luto: las claves del vestido de la proclamación de Juan Carlos I

Un momento histórico merecía un vestido para la historia: el que diseñaron las hermanas Molinero y que fue muy criticado.

Las mujeres de realeza han utilizado y utilizan la moda para comunicar un mensaje con diplomacia. No se trata sólo de un vestuario o de un estilismo, sino que va mucho más allá: construir una imagen visual que va más allá del protocolo y la etiqueta, para convertirlo en una fusión para comunicar una estrategia de forma elegante.

Un acto oficial, la entrega de un premio o una cena de gala son las oportunidades perfectas para transmitir un mensaje. Incluso una ocasión histórica es el mejor momento para lanzar un mensaje al mundo que públicamente no puedes manifestar.

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Hace cincuenta años, en una España que estaba de luto y en medio de unas Cortes Generales llenas de hombres con corbata negra, un estilismo fue muy criticado. Una mujer decidió vestir de rosa fucsia para anunciar que comenzaba una nueva etapa en la historia de España. Esa mujer fue la Reina Sofía.

Un vestido para la historia, a pesar de las críticas

Si hay un vestido en la historia de nuestro país que tenía un gran mensaje oculto, fue el que lució la Reina Sofía para la proclamación de Juan Carlos I como rey de España. En aquella ceremonia celebrada el 22 de noviembre de 1975, la reina se encargó de dejar claro a los españoles y al mundo lo que el Rey no podía decir en su discurso: que comenzaba una nueva era en España.

Muchos criticaron la elección de Doña Sofía porque decidió no vestir ni de negro ni de color oscuro, teniendo en cuenta que Francisco Franco había muerto dos días antes y su capilla ardiente todavía estaba abierta al público y además era un claro contraste con el luto riguroso que vestía Carmen Franco Polo y el resto de la familia Franco, presente en uno de los palcos de invitados, junto a la Infanta Pilar y la Infanta Margarita.

Para un momento tan importante, no solo a nivel institucional sino también a nivel personal, se decantó por un elegante y espectacular diseño de vestido y abrigo largos de color fucsia, un color que recordaba al capote de un torero, de corte evasé, mangas acampanadas y cuello redondo. Tanto los puños como el bajo del vestido y abrigo estaban decorados con una serie de bordados artesanales. Lo complementó con unos zapatos de tacón bajo, bolso a juego con el look monocromático, la banda de la Orden de Isabel La Católica y se adornó con pendientes y un collar de perlas de tres vueltas. El vestido-abrigo estaba inspirado en un patrón de Valentino, que cosieron las modistas de la "jet set" del momento, María Antonia y Pilar, más conocidas como las hermanas Molinero, y cuyas prendas tuvieron que confeccionar en tiempo récord.

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El mismo día 22, antes de su proclamación, los Reyes acudieron a visitar la capilla ardiente de Franco. Fue allí donde la Reina utilizó sobre el vestido fucsia, un austero abrigo de terciopelo, de color negro que la reina se puso en el coche y que se quitó inmediatamente después. Es en el libro "La Reina" de Pilar Urbano donde Doña Sofía cuenta: "Me cosieron el abrigo aquí mismo en Zarzuela las hermanas Molinero y tanto mi hermana Irene como mi cuñada Ana María, esposa de Constantino, y por supuesto yo misma, les ayudamos a quitar hilvanes y sobrehilar".

El vestido de la proclamación está expuesto en el Palacio de Aranjuez junto a otros diseños icónicos de la Familia Real como los vestidos de novia de doña Sofía, de las infantas Elena y Cristina y el de doña Letizia. Aquí también está expuesto el segundo vestido que lució la reina en aquellas fechas, y que también fue confeccionado por las Molinero. Se trata de un vestido-abrigo en color verde agua, de corte evasé y con bordados en la parte delantera del vestido y del abrigo, que lució en la misa del Espíritu Santo, celebrada cinco días después de la proclamación en la Iglesia de San Jerónimo el Real de Jerónimos, Madrid, y que complementó con mantilla y peineta.

La verdad es que nunca ha sido tan importante el estilismo de una Reina en un momento histórico, y nunca un vestido dijo tanto.

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