Ha empezado el juicio de Britney Spears contra su exmánager, Sam Lufti. Éste demandó a la artista porque asegura que le debe todavía mucho dinero por llevar su carrera, el 15% de lo que ganó la cantante durante el tiempo que trabajó para ella. La etapa más turbia de Spears es desde el 2005 al 2010, años en los problemas se acumularon: fue ingresada por problemas psiquiátricos, su carrera se iba a pique, se divorció, perdió la custodia de sus hijos y también estuvo enganchada a las drogas.
Según se ha desvelado a raíz del juicio, su problema con las drogas era serio, ya que llegó a dormir en un aparcamiento. "El 1 de octubre de 2007, a Britney Spears le quitaron la custodia legal de Jayden y Sean. Pasó la noche en un aparcamiento, después llamó a Sam y le dijo que él era una de las pocas personas en las que confiaba", se puede leer en los documentos judiciales presentados. En esa época se le juntó todo y día tras día era noticia por los escándalos que protagonizaba, como cuando se rapó el pelo o se puso a pegar a los fotógrafos con un paraguas.
La relación entre Britney y su mánager empezó en el 2007. Se conocieron en un club, cuando ella estaba completamente alejada de su familia y en medio del divorcio y la lucha por la custodia de sus hijos. Según Sam Lufti, accedió a trabajar con ella siempre y cuando ella dejase las drogas. Sin embargo, la familia de ésta asegura que era él el que le daba los estupefacientes.