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Rosa Belmonte

El Cluedo del racismo real

Oprah ha dicho que no fueron ni la reina ni el duque de Edimburgo los preocupados por el color del hijo de Meghan. Como dando pistas para el Cluedo de descubrir al racista.

Oprah ha dicho que no fueron ni la reina ni el duque de Edimburgo los preocupados por el color del hijo de Meghan. Como dando pistas para el Cluedo de descubrir al racista.
Markle y la duquesa de Windsor | Wikipedia | BBC

Con todo el éxito de Los Bridgerton, una reina Carlota oscura, el duque de Hasting y negros en la temporada londinense, llega Meghan Markle y se descuelga con la preocupación que había en la familia real por el color que fuese a tener su hijo. ¿Existen los pelirrojos negros? Shonda Rhimes habría hecho algo mejor con estos mimbres. Oprah ha dicho que no fueron ni la reina ni el duque de Edimburgo los preocupados. Como dando pistas para el Cluedo de descubrir al racista. Vamos a descartar también a la princesa Michael de Kent porque eso sería demasiado obvio y poco importante. Anda que no la pusieron verde cuando iba a conocer a Meghan en el almuerzo anual de Navidad y se presentó con un broche de los llamados Blackamoor o Moretti, originales de la Venecia del siglo XVI y hechos en su mayor parte con piedras preciosas, cara de ébano y cuerpo de oro y plata. Representan personas negras. Pensaría que era gracioso. O lo haría en honor de Meghan. Capaz sería.

En la disparatada comedia The Windsors, un día se presenta un chico negro (el príncipe Carlos lo saluda como si fuera Obama) y dice que es su hijo. Hijo del príncipe de Gales y de una de las Supremes. "¿Cuál de ellas?". "La del medio". Como los Chichos. Acogen al muchacho, Richard, y Camilla incluso le hace un regalo: una motaza. Para que se estrelle, claro.

Siendo Meghan bastante clara de piel, ¿qué pretendían? ¿Que fuera a tener una hucha del Domund? ¿A esa preciosidad que protagoniza Adú? Sí, había puesto monada y lo he quitado. Menuda injusticia que los menores no puedan ser nominados a un Goya porque la niña y el niño de la película de Salvador Calvo son tan buenos actores como el mejor. Con ese niño entiendo a Sofía Suescun cuando en Ya es mediodía dijo: “A mí me gustaría adoptar algún negrito. Es como mi sueño”. Pero Gloria Camila y Kiko Jiménez, cuando estuvieron en Supervivientes, también comunicaron que querían tener la parejita (“una niña propia y un negrito adoptado”). Pero esto es España. Ni Gran Bretaña ni Estados Unidos con Oprah exagerando un “what?” cuando Meghan soltó la perla de la queja racista.

Hay una imagen inquietante de la entrevista de Meghan comparada con una de la duquesa de Windsor en la que se parecen. Hasta da la impresión de que van vestidas igual (en un plano corto, que Meghan está embarazada). Es una pena que haya que esperar a junio para que Alba (en su colección Rara Avis) publique Últimas noticias de la duquesa, de Caroline Blackwood. Aunque lo cierto es que Blackwood es incluso más interesante que Wallis. Su padre era íntimo de Evelyn Waugh. Su madre, una de las herederas Guinness. Y ella se casó con el pintor Lucien Freud. Y con el compositor Israel Citkowitz. Y con el poeta Robert Lowell. A partir de los años 70 se dedicó a la literatura y escribió, entre otros, la novela La anciana señora Webster y el reportaje Ultimas noticias de la duquesa. Sobre la duquesa de Windsor. Sus últimos días. Blackwood empezó a escribirlo cuando en The Sunday Times le pidieron que consiguiera una sesión fotográfica entre Lord Snowdon y la duquesa y así tuvo noticia de cómo se encontraba la viuda de Eduardo VIII. Prisionera de su abogada, Suzanne Blum, en su casoplón del Bois de Boulogne. La tenía dominada por el miedo de Wallis a acabar en la calle y en la pobreza. La otra la tenía intimidada. Cuando Blackwood preparaba el libro, fue a ver a la marquesa de Casa Maury, que llevaba 15 años siendo la amante de Eduardo cuando apareció Simpson. Y Caroline Blackwood le contó a la anciana que la duquesa había sido secuestrada por su abogada y corrían rumores de que estaba en coma, se había vuelto negra y había encogido al tamaño de una muñeca. Y la vieja marquesa casi se muere de risa. Como Diane Lockhart pero mucho antes. La duquesa de Windsor se había vuelto negra. La vieja marquesa de Casa Maury volvería hoy a morirse de risa.    

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