Una de las películas más taquilleras de este verano, Thor: Love and Thunder tiene por protagonista femenina a Natalie Portman, una actriz emergente de las que actualmente más destacan en los Estados Unidos, con su proyección internacional también. Una mujer de poderoso atractivo, culta, que está muy lejos de ser el prototipo de la estrella frívola. De alguna manera está relacionada con España, país que adora, conoce algo de nuestra lengua castellana y ha pasado algunas vacaciones entre nosotros. Sin ir más lejos en la Costa Brava donde, cerca de Cadaqués (Gerona) y no muy lejos de donde vivía Salvador Dalí, el 4 de agosto de 2012 celebró sus esponsales por el rito judío. Décimo aniversario que ha festejado en su residencia americana junto al gran amor de su vida, Benjamín Millepied, con el que tiene dos preciosos hijos, de cinco y diez años, que adora, de los que está muy pendiente de su crecimiento y educación, al margen de su actividad artística.
Natalie Portman nació en Jerusalén hace cuarenta y un años cumplidos el pasado 9 de junio. Su verdadero nombre es Neta-Lee Hershlag. Se nacionalizó estadounidense. Licenciada en Psicología en la Universidad de Harvard prefirió dedicarse profesionalmente al cine, donde viene desarrollando sus facetas de actriz, directora y productora. Debutó en la pantalla en 1994 en la película León. Su gran salto se lo proporcionó su papel en Black Swan, en cuyo rodaje conoció al que sería su marido, el coreógrafo antes citado Benjamín Millepied. Y no sólo vivió apasionadamente ese amor sino que por su interpretación recibiría el Óscar en 2010. Antes de su noviazgo había tenido relaciones con otros actores, entre los que estaba Gael García Bernal. Pero con Benjamin ha encontrado, como antes se decía, "la horma de su zapato", el compañero perfecto.
En cuanto a otras películas importantes fue Padme Amidala en la segunda trilogía de Star Wars. Hasta que Thor: Love and Thunder la ha convertido como decíamos al principio en una gran estrella. Desde luego hubo de sacrificarse al máximo para estar en plena forma física, pues así era preciso para encarnar su personaje, una científica de nombre Jane Foster, Poderosa Thor, que tiene en sus manos el martillo Mjolnir. Un arma que proporciona poder al dios Thor.
El argumento de esta leyenda parte de un cómic del pasado que se ha llevado a la pantalla en una secuela desde 2012 hasta 2019, a partir de "Thor: Dios del Trueno". La heroína es la tal Jane Foster encarnada por Natalie Portman. Quien continúa siendo la astrofísica de anteriores cintas en la que se ha estrenado en el reciente mes de julio. Convertida en la Diosa del Trueno, Natalie se ha involucrado en todos los rodajes, al punto como apuntábamos de acabar muchos días extenuada por la dureza de algunas secuencias.
Hay un contraste entre la Natalie Portman de ese personaje imaginario con el de su vida particular. Porque al margen de su profesión, viene desarrollando labores en defensa de los derechos femeninos, actividad que le lleva tiempo y dedicación. Su cociente intelectual se eleva a 175. Mide solo un metro y cincuenta y siete centímetros de estatura. Y es de naturaleza tenaz, muy activa. Como anécdota es copropietaria de un club de fútbol, Ángel City, con un equipo femenino en el que viene defendiendo que sus jugadoras han de ganar el mismo dinero equivalente al de los varones en otros de la misma categoría.
Dada tan atrayente personalidad no nos cabe duda alguna que Natalie Portman llegará más lejos todavía de lo que es ahora mismo. Tan inteligente como combativa.