Después de la histórica victoria de Rafa Castaño en Pasapalabra, quien consiguió resolver el 'rosco' final del tirón y llevarse el bote de 2.272.000 euros, el concurso de Antena 3 ha iniciado una otra etapa con nuevos concursantes y nuevas celebrities que les ayudan a acumular segundos para la exigente prueba final. Entre los famosos que han acudido esta semana al concurso está Almudena Cid, quien no visitaba el formato desde que lo presentaba su exmarido Christian Gálvez.
Un año después de anunciar su separación del presentador, la gimnasta ha conseguido recomponer su vida y atraviesa uno de sus mejores momentos profesionales: sigue ligada al deporte, ha cumplido su sueño de ser actriz y acaba de escribir su libro Caminar sin punteras. En él, "comparte sus herramientas para avanzar con equilibrio ante los giros de la vida". Todo ello utilizando metáforas de los distintos elementos que forman parte de la gimnasia rítmica como la cinta, mazas o el aro.
"Es un libro importante porque habla de mi reconstrucción. Cuando la vida te para, que nos va a pasar a todos en algún momento, las herramientas que utilicé han salido a relucir, que no sabía que tenía pero que estaban ahí", dijo en el concurso presentado por Roberto Leal. "Para mí, en un momento de parálisis completa emocional que tenía, no parar me ayudó un montón (…) El maillot ha ido cambiando a lo largo de mi vida deportiva, iba creciendo, y creo que en mi vida personal no cambié el patrón y es algo que tengo pendiente y estoy trabajando en ello", añadió.
Almudena concluyó con una frase dirigida al que fue su marido: "Algo muy importante para mí en esta reconstrucción es volver a recuperar espacios, lugares y momentos que eran importantes hasta ese momento, como es tomar un café en esa cafetería, y también volver a Pasapalabra", dijo emocionada. Cabe recordar que en ese mismo programa conoció a Gálvez con el que más tarde se casaría, de ahí que sea tan importante para ella volver a pisar el plató.
"Me confundió a mi y a mi entorno"
La de Gálvez y Cid siempre fue una relación aparentemente idílica que según declaraciones de la propia gimnasta en la Cadena Ser, no era tan perfecta como los medios mostraban: "Creo que ya lo he superado pero ha sido un año muy complicado en lo personal, el peor de mi vida", dijo sobre ese proceso de separación. "Me afectó incluso en cuanto a la situación física porque perdí muchos kilos, no quiero volver a verme así. Hay que comer, dormir y respirar".
Almudena aseguró que recibió "un golpe de realidad" cuando fue consciente de que su matrimonio estaba acabado: "Igual idealicé lo que yo creía que era esa relación pero tengo claro que me confundió a mí y a todo mi entorno, fue como una bomba (…) Es como si preparas una boda y, sin saber por qué, no aparece el novio. Y te quedas ahí con todos los obsequios para los invitados sin repartir".
Lo más complicado para Almudena fue ser consciente de que necesitaba ayuda y que no podía "gestionar todo" ella sola. Cuando dejó el deporte se refugió en su matrimonio, por este motivo no solo tendría que acostumbrarse a estar sin el deporte, sino también sin su pareja: "Por suerte, ya puedo hablar del tema notando que estoy bien. Mi familia me observa y me ve en buenas condiciones. La línea de la depresión es tan compleja que hay que tener cuidado porque la puedes pasar. Se me pasaron opciones terribles por la cabeza".