
Cachivache Montecarmelo –calle de Monasterio de Samos, 1– goza de una salud envidiable, un restaurante desenfadado que llena a diario gracias a la cocina de Javier Aparicio, chef y director gastronómico con más de 25 años de experiencia en el sector, al conocimiento de Paco Aparicio, exdirector de comunicación, ingeniero y sumiller, y al trato amable y profesional de su jefe de sala Ángel y de todo el equipo. Desde que hace 12 años abrieron su primera taberna en la calle de Serrano, los dos hermanos han sabido conquistar al público madrileño y sus turistas con una cocina sencilla, con producto de calidad y que se adapta a cada temporada con elaboraciones fuera de carta que son más que imprescindibles.
La decoración de Cachivache Montecarmelo es similar a su hermano mayor de Serrano y es obra de Ping Pong Arquitectura, quienes dotan al espacio de colores vivos y materiales nobles como la madera en un espacio diáfano con varios ambientes. Una barra acompañada de mesas altas y televisión para seguir en directo los mejores acontecimientos deportivos y un salón comedor para una comida más pausada. Tanto en verano como en invierno, su terraza es el lugar ideal donde disfrutar de su estupenda propuesta gastronómica.
La carta de Cachivache es perfecta para compartir, pero también para que cada comensal elija el plato que más le gusta y disfrutarlo por su cuenta. Dividido en secciones te encuentras desde el tapeo madrileño y viajero a lo mejor de la costa o de la finca, también opciones de pasta y arroz y para los 'healthies' una selección de la huerta.
De esas sugerencias del día probamos un muy buen bimi en tempura con salsa romesco (10,5 €), con un rebozado muy sutil y un acompañamiento perfecto para comer con la mano a modo calçot. También descomunal la cazuelita de callos con garbanzos (14 €), una opción ideal ahora que empieza a hacer frío y apetecen tanto los platos de cuchara, acompañados por piparras para aportar al gusto el punto picante y ácido.
Del tapeo madrileño tradicional como los callos CH, entre otros, ya te hablé en mi anterior visita a Cachivache Montecarmelo, así que pasamos a probar el viajero con unos deliciosos dim sum de pato y setas shiitake (6 € unidad / 14 € ración), con una masa muy fina, un relleno con mucho sabor y una salsa que hace que el bocado sea redondo.
De los bocados elaborados con masa madre probamos un curioso po boy de langostino con panko (8,5 €), lo que califican como la "versión del bocata más famoso de Luisiana" es una especie de perrito en el que se mezcla el crujiente del marisco rebozado con el sabor de los dados de atún y un toque picante de la salsa sriracha mayo.
Puro sabor
Los platos principales que ha creado Javier Aparicio siguen redondeando una fantástica comida. De esos platos de pasta te encuentras fuera de carta con unos raviolones de calabaza con parmesano o unos canelones de trigueros, mozzarella fresca y parmesano (15 €). Un plato perfecto para dar paso a los huevos rotos con atún rojo picante (20 €), una combinación que funciona tan bien como con carabineros o bogavante y a un precio mucho más asequible.
Acompaña a la cocina una cuidada carta de vinos con más de 40 referencias, de las cuales 15 se pueden pedir por copas y que selecciona Paco Aparicio. Guiados por Ángel probamos un muy buen Vino de Pago Dehesa del Carrizal MV 2020, elaborado por la bodega homónima con variedad de uvas Syrah, Cabernet sauvignon, Merlot, Tempranillo y Petit verdot.
En esta ocasión dejamos a un lado los platos de pescado, entre los que tienes opciones tan dispares como un tartar de atún rojo con ajoblanco o un ceviche de corvina, pulpo y langostinos además de pulpo a la brasa o lomitos de bacalao a la romana, para centrarnos en otro de los platos de la casa como su steak tartar (18 €) al que le dan el toque de picante que tú decidas y lo presentan con pan carasau. Pero sin duda, el plato que hará que vuelvas a Cachivache sí o sí es el de carrilleras al curry massaman y arroz jazmín (18 €), perfectamente guisadas para que la carne se deshaga y con un sabor maravilloso que le aporta esa salsa elaborada con leche de coco, cacahuetes tostados, patatas, hojas de laurel, semillas de cardamomo, canela, azúcar de palma, salsa de pescado y salsa de tamarindo. Y si mezclas las carrilleras, el curry y el arroz querrás que el plato no se acabe.
Para los menos atrevidos también hay opciones más clásicas como los dados de solomillo ibérico de bellota salteados al ajillo, portobello y patatitas, las albóndigas de butifarra del Valle de Arán con trompetillas y salsa de trufa o la hamburguesa clásica americana de vaca de Guadarrama. También los postres merecen un espacio en el menú, desde una tarta de queso con compota de madroños a algo más refrescante como su copa de mango y su helado, maracuyá y natilla de coco o su fantástica torrija de sobao El Macho (7 €).
Cachivache Montecarmelo pertenece al Grupo Cachivache, que engloba otros buenos restaurantes como La Raquetista, que acaba de cumplir 10 años, además de Salino, referentes ya en la gastronomía madrileña y que son los restaurantes perfectos para esas comidas con amigos, familiares o de empresa, sin olvidar esa cita especial con la que no quieres fallar a tu acompañante. Además, su ticket medio de 40 € lo hace aún más atractivo.
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