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En la España de Sánchez, la lucha contra el cáncer pelea contra el cambio climático... y pierde

En la España de Sánchez, la lucha contra el cáncer pelea contra el cambio climático... y pierde

En la España de Sánchez, la lucha contra el cáncer pelea contra el cambio climático... y pierde

En el Día Mundial contra el Cáncer, el presidente Sánchez protagonizó un nuevo episodio de política de titulares en su visita a la farmacéutica Novartis. Declaró, con solemnidad, que deberíamos afrontar el cáncer con la misma urgencia que empleamos para combatir el cambio climático, las catástrofes naturales o las guerras. Una comparación, cuanto menos, desafortunada.

Porque mientras el presidente hablaba de "urgencia", la realidad demuestra una desconexión total entre sus palabras y los hechos. ¿Cómo explicar que su Gobierno siga ignorando las recomendaciones de la Unión Europea para los cribados oncológicos? Desde 2022, la UE ha instado a los estados miembros a expandir significativamente los programas de detección precoz para seis tipos de cáncer que representan más del 50% de las muertes relacionadas con esta enfermedad. España, sin embargo, sigue atascada en políticas de prevención desfasadas, con coberturas desiguales entre comunidades autónomas y una Estrategia en Cáncer que no se actualiza desde 2021.

Los olvidos que matan

El cribado de cáncer de mama, recomendado por la UE para mujeres de entre 45 y 74 años, sigue limitado en España a la franja de 50-69 años. Las resonancias magnéticas para mamas densas, una herramienta crucial en la detección precoz, brillan por su ausencia en la estrategia nacional. Tampoco se han incorporado pruebas inmunoquímicas fecales y colonoscopias para el cáncer colorrectal, ni el cribado del cáncer de pulmón en fumadores y exfumadores de entre 50 y 75 años. Y ni hablemos del cáncer gástrico, que en regiones con alta incidencia sigue siendo una asignatura pendiente.

Por si esto fuera poco, mientras países europeos priorizan la detección precoz como herramienta clave para reducir la mortalidad, España se enfrenta a un panorama desigual: la participación en los programas de cribado varía enormemente según la comunidad autónoma, dejando a miles de ciudadanos en un limbo sanitario.

Prioridades cuestionables

El presidente no pierde oportunidad de presumir de su compromiso con la investigación y la prevención, pero la realidad del presupuesto lo desmiente. España está a la cola de Europa en inversión en investigación biomédica, y la falta de financiación para medicamentos oncológicos esenciales ha puesto en jaque a pacientes y familias. Hace unos días, Mónica García rechazó financiar el tratamiento con un anticuerpo monoclonal (blinatumomab), medicamento para la leucemia infantil. Y no hace tanto, la presión social y mediática obligó al Gobierno a incluir fármacos clave para el cáncer de mama metastásico en la cartera pública. ¿Es esta la "urgencia" que pregona Sánchez?

Mientras tanto, el Ministerio de Sanidad parece más preocupado por abrir oficinas de cambio climático y desarrollar proyectos de "anestesia verde" en quirófanos, que, aunque loables, parecen una burla frente a la inacción en temas prioritarios como la detección precoz y el tratamiento de enfermedades mortales.

Un gobierno de mítines y promesas

Que el presidente compare el cáncer con el cambio climático no solo es un chiste de mal gusto, sino un síntoma de la desconexión de su Gobierno con las necesidades reales de los ciudadanos. Porque, al final, no se trata de elegir entre un planeta sostenible y la salud de las personas. Se trata de hacer las dos cosas bien. Pero, hasta ahora, la única urgencia que parece demostrar este Gobierno es la de construir discursos vacíos para rellenar titulares.

La lucha contra el cáncer no puede seguir siendo una excusa para fotos y declaraciones rimbombantes. Necesitamos acción real: cribados eficientes, financiación adecuada y estrategias actualizadas. Porque, mientras tanto, las vidas de los pacientes no esperan.

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