Menú
Juan Manuel González

Crítica: 'París, Distrito 13', de Jacques Audiard

París, distrito 13 narra la vida de tres jóvenes millenials que se enfrentan a un momento complicado.

París, distrito 13 narra la vida de tres jóvenes millenials que se enfrentan a un momento complicado.
París, Distrito 13 | Avalon

El retrato de los amoríos urbanos de cuatro jóvenes de los suburbios parisinos, cada uno con orígenes y situaciones distintas pero unidos por similar incertidumbre, una indeterminada mezcla de soledad, angustia e inestabilidad, es el objeto de la nueva película de Jacques Audiard.

París, Distrito 13 supone quizá un descenso a lo leve, cotidiano e inmediato en el autor de Un profeta y De óxido y hueso (recién llegado de su experiencia con el western internacional, Los hermanos Sisters), pero permanece en ella una cierta cabriola narrativa: en la película cabe lo general del esquema de una película a lo Vidas cruzadas al tiempo que desarrolla con concisión dos historias de amor y desamor, solo que metidas en una sola obra.

La película, exhibida y bien valorada en Cannes, narra sin sentimentalismos ni excesos las contrariedades y contradicciones de un puñado de millenials que se encuentran en el sexo una huida hacia delante ante la inseguridad laboral, sentimental y humana a la que se enfrentan. Unas relaciones personales que Audiard podría retratar de manera fría y metódica pero a la que sabe inyectar humor, candidez y comprensión, sin perder la elocuencia de su condición de observador.

La película, en blanco y negro y estética realista, tiene una puesta en escena dinámica y resulta siempre entretenida. Hay una energía a lo largo de todo el metraje que demuestra las cualidades de excelente narrador de Audiard, que trabaja con personajes poliédricos y no estereotipos. En cierto modo París, Distrito 13 es un filme con un cierto optimismo, en tanto recorre los lugares nada comunes de dos historias de amor que empiezan, tanto como otras que acaban, dando lugar a una película hipnótica (ese plano inicial recorriendo los bloques de hormigón del barrio de Les Olympiades) sin vanagloriarse de aleccionar al espectador más que con un pedazo de vida.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios