La cumbre extraordinaria sobre el rearme de Europa y la ayuda militar a Ucrania parece que ha modificado los ritmos del Gobierno español en lo relativo a la inversión en Defensa. Hasta ahora venía defendiendo que llegaría a la inversión del 2 por ciento del PIB comprometida para 2024 en el año 2029, una reprogramación unilateral que no es visto con buenos ojos en el seno de la OTAN. Ahora, en las últimas horas, parece que todo puede dar un vuelco.
En pleno encuentro de líderes europeos, fuentes del Gobierno han trasladado a los periodistas allí desplazados que la fecha de 2029 no es algo inamovible y que van a hacer todo lo posible para alcanzar ese porcentaje de inversión "lo antes posible". Un cambio de paradigma total teniendo en cuenta que en los últimos meses, incluso, habían tratado de restar importancia al cálculo del compromiso en seguridad basado en el porcentaje del PIB invertido.
España, como el resto de países socios de la OTAN, se comprometió en la cumbre de Cardiff de 2014 a destinar a al menos el 2 por ciento del PIB en Defensa para 2024. Dos años antes de llegar a ese año, durante la cumbre de Madrid, el Gobierno dejó claro que le iba a ser imposible cumplir con lo comprometido y que su nuevo horizonte para alcanzar ese porcentaje de inversión era el periodo 2028-2030.
Poco a poco, Pedro Sánchez y sus ministros empezaron a centrar en el año 2029 el año clave en que se cumpliría con un compromiso adquirido para 2024. Las cifras oficiales de la OTAN dice que España fue en 2023 el tercer país aliado que menos dedicó a Defensa, con el 1,19 por ciento de su PIB. Las proyecciones de la organización, todavía no están los datos oficiales, situaron a nuestro país como el aliado que menos invirtió en 2024, con el 1,28 por ciento.
En diciembre, los países aliados empezaron a debatir la posibilidad de subir el compromiso de inversión mínima por encima del 3 por ciento y dejarlo cerrado en la próxima cumbre que tendrá lugar en Países Bajos en el mes de junio. El secretario general de la OTAN viajó a España a finales de enero para tirar de las orejas a Pedro Sánchez, pero el inquilino de La Moncloa se enrocó en sus tiempos.
A mediados de febrero, la ministra de Defensa se rebeló en la OTAN y dijo que llegaría al 2 por ciento del PIB en sus propios plazos. "España no acepta lecciones de nadie", dijo Margarita Robles en su visita a Bruselas. Un día antes de esas palabras, el secretario general de la OTAN había emplazado a los países que no cumplen con ese límite mínimo de inversión comprometido para 2024 que "llegasen antes del verano".
La cumbre de Bruselas de este jueves parece cambiarlo todo, pero sigue pareciendo difícil teniendo en cuenta que el Gobierno tiene en su seno a un partido de extrema izquierda de corte antimilitarista como Sumar, que varios de sus socios parlamentarios tienen el mismo perfil, y que parece complicado que este 2025 puede sacar unos presupuestos adelante que ya fue incapaz de aprobar el pasado 2024.