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Miras al Valencia

Miras al Valencia y ves a un equipo de fútbol, firme atrás, con gol arriba y jugadores listos y hábiles en el centro del campo; un conjunto solidario en el que nadie hace tonterías sobre el terreno de juego ni tampoco las dice, después de la ducha, en la sala de prensa. No hay más que echarle un rápido vistazo a Fabián Ayala para darse perfecta cuenta de que aquel tío sin pendientes, ni mechas, ni tatuajes visibles ha venido a este mundo sólo para complicarte la existencia. No en vano nació en Paraná y debutó en Ferro Carril Oeste, no en vano ha jugado 107 veces con la camiseta de la selección argentina, más veces que el Cholo, más veces que Kempes, más veces que nadie.

Ayala, Assala, podrá reírse antes o podrá reírse después, pero nadie lo verá jamás reírse durante un partido que no sea un homenaje porque si un bigardo del estilo de Didier Drogba, un tipo que nació en Abiyán y que mide cerca de un metro y noventa centímetros, te ve reírte, lo más probable es que no te tome en serio, y el fútbol profesional o es serio o simplemente deja de ser fútbol profesional. Conviene que Drogba sepa cuanto antes que esa noche el encargado de sujetarle será un hombre que se toma muy en serio su trabajo, un profesional. Bernd Schuster, que es alemán y por lo tanto muy serio, los quiere argentinos atrás, y el Valencia de Quique tiene al más argentino de toda la República Argentina. Y eso, para qué engañarnos, supone un alivio entre tanto chisgarabís.

Preguntado por un gol suyo que clasificó a España para el Mundial de Chile de 1962, Joaquín Peiró dijo que había sido "kilométrico". Así­ fue el gol que David Silva le marcó anoche a Cech en Stamford Bridge, un gol kilométrico. Ves al zurdo moviéndose por el campo y te das cuenta al instante de que ahí­ hay un futbolista. Jorge Valdano, que es argentino y a veces incluso serio, decía que a él, como tonto, le gustaban los jugadores que cuando llegaban, empezaban. Silva es precisamente de esos que cuando llegan, empiezan. Es pequeñito, pero ese detalle no constituyó nunca un problema para Maradona o para Keegan, bajitos maravillosos que volvieron locos a sus defensas. Da la sensación de que Silva esté dispuesto a acabar todo lo que empiece Ayala, y de eso se beneficiará indudablemente el Valencia, un equipo de fútbol firme, solidario, listo y con gol que, tras superar el obstáculo de mil lesiones y aparcar, aunque en doble fila, la enemistad surgida entre el director deportivo y el entrenador, apunta directamente a la primera Champions League de su historia. Miras al Valencia y ves a un equipo campeón.

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comentarios
1 baudilio, día

Termino mis tareas de jubilado virtual, banca y bolsa (la banca del parque y la bolsa de ir a por el pan) y me veo el blog de Juanma desasistido, desolado ¡Vacio! Los habituales deben de etar en la playa con el chubasquero encima del bañador. Qué tropa. No se lo merece el chico. Ayer precisamente me di un paseo por el barrio de los Jerónimos por ver si veía el último horror de Moneo, también llamado ampliación del Museo del Prado, pero no pude: debe ser tan feo que han cortado el paso por todas las calles adyacentes incluso a peatones, para evitar que pueda ser visto con algo de perspectiva. Tras el fracaso deambulé un poco y héteme aquí de repente delante de la sede de COPE. Todo apagado menos media planta y apuesto caña y pincho de tortilla a que tan minúsculo segmento pertenecía a la zona donde pena el bloggero preparándonos sus Dialogos con el Bernabeu. Ante esa luz, que me recordó a aquella otra de El Pardo que nos decían que nos iluminaba el camino y velaba por nosotros, me quite la gorra ante el sacrificio de nuestro bloggero favorito: ¡todavía no estaba en Malibú, como el resto de a plantilla! Así que esto lo he de arreglar yo. El blog no se queda a cero zapatero. No vendas la piel del oso antes de cazarlo. Este Valencia tiene buen pinta, pero hacen falta más cosas para llegar a la última casilla del juego, entre otras una fuerza mental que en esta y en otras temporadas el Valencia no ha demostrado tener. Como en aquella que desinfló ante los alemanes, y en que Cañete acabó llorando como mujer los goles que no supo para como hombre. Pero hay una lectura "madridista" a lo que dices ¿donde estaban los ojeadores de Concha Espina cuando los valencianos fichaban a Ayala, Silva y Villa?¿Comiendo tapas en Jose Luís o buscando a Emerson y Diarrá?

2 Juan Manuel Rodríguez, día

Se agradece, Baudilio. Cuando vuelvas a pasar por delante de la puerta de la Cope, hazme una seña. Agita el candil de arriba abajo, y luego de izquierda a derecha, por ejemplo.

3 hirvalui, día

Desde luego cómo seréis. Uno se mata a trabajar tanto que no tiene ni tiempo de escribir unas líneas y ya viene baudilio repartiendo sopapos virtuales. De cualquier modo, me parece muy incorreto que seas precisamente tú baudilio quién se permita dar un toque a los sufridos lectores del blog de Juanma, puesto que fuiste tú y no otro quien decidió un buen día hacer mutis por el foro. Qué incoherencias pardiez. Sobre el Valencia. Tiene un problema serio con las finales. Le pasa algo parecido a lo que le sucedía Byron Scott, aquel escolta de los Lakers. Es llegar los momentos decisivos y arrugarse como una patata al horno. En su favor, Morientes especialista en abrir marcadores. Que se lo pregunten al Valencia. No al de ahora.