
Norris no es el único que ha ganado en Singapur

En los grandes premios en los que los pilotos deben gestionar —palabra que es sinónimo de aburrimiento para los espectadores—, hay muchas cosas que pasan sin que se vean a simple vista. Lo que por el contrario salta a la vista de todos es la superioridad de McLaren, pues hasta 28 segundos le llegó a sacar Lando Norris a Max Verstappen antes de la parada, y el inglés cruzó la línea de meta con más de veinte segundos de ventaja sobre el vigente campeón y todavía líder de la clasificación general.
Pese a ello, la segunda posición de Verstappen sabe casi a victoria. El neerlandés sigue haciendo lo único que puede hacer, mantenerse en pista lo más alto posible y no dejarse demasiados puntos frente a la jauría que le acecha en la clasificación. La templanza de Mad Max y la forma en que se está adaptando a las dificultades demuestra la talla de piloto que es y lo difícil que tendrán el resto poder arrebatarle la primera posición en la clasificación de pilotos. Un gran premio menos que acerca al de Red Bull a un nuevo título, pese a no tener el mejor coche.
McLaren sigue demostrando con el primero de Norris y la tercera posición de Piastri que son los más regulares, los que mejor han entendido la evolución de su monoplaza, pero su política de reparto de puntos entre sus dos pilotos hace que sus opciones, más allá del Mundial de constructores que ya lideran, sean escasas.
Y no hay más peligro para Red Bull, porque la inestabilidad en Mercedes y Ferrari según el circuito donde corran les descartan como candidatos al título. Ni uno ni otro se han acercado lo suficiente a los hombres de cabeza, y pese a las remontadas de Leclerc y Carlos Sainz, quinto y séptimo, que dieron algo de espectáculo en pista, ambos quedaron intercalados entre los Mercedes con George Russell cuarto y Lewis Hamilton sexto.
Y, un gran premio más, hay que destacar la gran actuación de Fernando Alonso. Como ocurriera en Bakú, el asturiano ha conseguido mantener el coche entre los diez primeros, pese a no tener coche para ello, y cruzar la línea de meta en una meritoria octava posición. El trabajo de Fernando, aunque silencioso, no debería pasar desapercibido cuando además su compañero ha sido decimocuarto. Manteniendo a raya al Haas de Hulkenberg e intentado acercarse a Sainz, el piloto español demuestra con su manos y su pilotaje que todavía el piloto puede marcar la diferencia y que no todo es la máquina.
Cuenta atrás para el Mundial que entra ahora en modo de pausa, en el que unos y otros aprovecharán para afinar las maquinarias antes del gran sprint final. Próxima parada, Estados Unidos, el tercer fin de semana de octubre en el Circuito de Las Américas.