
Euforia y confusión. El alborozo separatista por la libertad bajo fianza de Puigdemont en Alemania camufla las profundas desavenencias entre los grupos independentistas. La portavoz del expresidente de la Generalidad, Elsa Artadi, afirmaba a primera hora del viernes que se mantenía el plan de investir a Jordi Sànchez en función de un supuesto acuerdo "a tres" para sacar adelante el intento en la segunda votación. Un par de horas después era desmentida con rotundidad por el jefe de filas de la CUP en el Parlament, Carles Riera, que retaba a Junts per Catalunya y ERC a nombrar a Puigdemont tras la decisión de la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein.
En medio de las discrepancias, el presidente de la cámara, el republicano Roger Torrent, emprendía una acelerada ronda telefónica con la vana pretensión de despejar las dudas y anunciar el nombre del candidato. Ha quedado de nuevo en evidencia. La maniobra ha sido cortocircuitada a la espera de que hable Puigdemont, que ha aplazado a este sábado la comparecencia ante los medios que tenía anunciada para el viernes por la tarde en Neumünster. La rueda de prensa se celebrará en Berlín, capital en la que Puigdemont y su séquito tienen previsto instalarse hasta que se resuelva su extradición. La "Casa de la República" se traslada de Waterloo a la capital alemana.
Los abogados de Puigdemont no quieren que su cliente se ofrezca para una investidura que podría suponer la voladura anticipada de la legislatura, complicar más su situación procesal y arrastrar a los diputados separatistas de la mesa del Parlament con Torrent al frente. ERC ha claudicado con la reedición del plan Sànchez, pero no parece tan dispuesta a volver a la casilla de salida Puigdemont, bloqueada además por el Tribunal Constitucional con independencia de las peripecias judiciales del expresidente autonómico.
Paso en falso de Torrent
Torrent ya ha dado un paso en falso al tramitar la delegación de voto de Puigdemont, una medida que impuso la mayoría separatista en el órgano rector de la cámara tras el ingreso en la cárcel alemana del líder de Junts per Catalunya. Se consideró que en calidad de preso le asistían los mismos derechos que a los golpistas encarcelados que se presentaron voluntariamente ante el juez del Supremo Pablo Llarena.
En apariencia, Junts per Catalunya (el PDeCAT no cuenta para nada) y ERC van de la mano, pero las diferencias son cada vez de mayor calado. ERC pide un interlocutor a los junteros y que no cambien de criterio cada cinco minutos. En el grupo del expresidente aducen que la situación es cambiante y hay que adaptarse a las oportunidades que surgen en el plano internacional.
"Solución negociada"
La formación de un gobierno en Cataluña no está entre las prioridades del núcleo duro de Puigdemont, sino desgastar la imagen internacional de España, ridiculizar al Ejecutivo de Rajoy y forzar una negociación política. La inesperada decisión del tribunal alemán de invalidar el cargo de rebelión engorda las expectativas independentistas de una "solución negociada" al margen del Código Penal. El ex presidiario de Neumünster exige "diálogo" y la liberación "inmediata" de los presos.
Recurso en el TJUE
El Gobierno se quita de en medio. "Cuestiones entre jueces" ha sentenciado Íñigo Méndez de Vigo tras el Consejo de Ministros mientras el magistrado Llarena pondera plantear una cuestión prejudicial en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) con el argumento de que el juzgado de Schleswig-Holstein se habría extralimitado al calibrar el grado de violencia implícito en el golpe separatista. También el cada vez más amplio equipo jurídico de Puigdemont se plantea recurrir al TJUE.
El 22 de mayo, fecha límite para investir presidente en Cataluña, se antoja muy lejano. Dista de estar claro también que la próxima semana se vaya a celebrar un pleno de investidura. Puigdemont no quiere que una sesión parlamentaria le reste el más mínimo protagonismo. Atrás ha quedado el abatimiento que mostraba en los mensajes telefónicos con el exconsejero Toni Comín. Se ha convertido en el líder indiscutible del separatismo e insta a Rajoy a una negociación de presidente a presidente.
La pugna con Junqueras
En el mano a mano entre Puigdemont y Oriol Junqueras, el presidente de ERC preso en Estremera, el primero gana por goleada. La fuga le permitió hacer campaña desde Bruselas. Contra todo pronóstico superó a ERC y quedó en segundo lugar en las elecciones del 21-D. Y cuando su figura declinaba en una prisión de Alemania, su puesta en libertad le vuelve a otorgar el control absoluto en el centro de la pista. La opción de investir a Sànchez sigue en pie. De hecho fue el mismo Puigdemont quien dio la orden por carta a su grupo para volver a proponer al ex jefe de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Pocas horas después, un tribunal germano sacudía la política española y proporcionaba al golpismo una victoria internacional inapelable.
Sin prisas
Sànchez sigue en la recámara, pero no hay prisas en abordar de nuevo una investidura abocada al fracaso por razones de orden judicial y político. La CUP insiste en Puigdemont o Puigdemont y ya demostró que iba en serio cuando dinamitó la investidura de Turull, que, se lamentaban en Junts per Catalunya, podría haber ingresado en la cárcel de Estremera como el 131 presidente de la Generalidad para así poner en evidencia el sesgo "autoritario" del Estado.
El separatismo busca fotos potentes en los medios internacionales y la formación de un gobierno autonómico sólo le cuadra a ERC, con Junqueras en la cárcel y su segunda, Marta Rovira, en paradero desconocido. Desde su huida no ha emitido ningún mensaje. En la carta de despedida anunciaba que iba a conciliar su condición de madre con la de secretaria general del partido, puesto al que no renunciaba. No hay constancia de que esté en Suiza. ERC está desbordada, a rueda de las prioridades de Puigdemont.

