Ciudadanos, con Carlos Carrizosa como candidato, ha sufrido un descalabro sin precedentes y ha pasado de ser la formación más votada en las pasadas elecciones a obtener 6 escaños con un porcentaje de voto del 5,5%. Ciudadanos ha perdido 30 escaños y casi el 20% de los votos, lo que deja a Inés Arrimadas en una situación crítica.
En una comparecencia breve y sin preguntas, Arrimadas ha atribuido los malos resultados a la baja participación. "No hemos sido capaces de movilizar el voto constitucionalista y moderado", ha lamentado la líder de Cs, que también ha asegurado que "tras estas elecciones el separatismo sale reforzado" y que "se avecinan años duros".
Desde Ciudadanos están convencidos de que tienen los mismos seguidores, pero se han quedado en casa. "Si hubiera participado hoy más gente, hoy el Parlament se parecería más a la Cataluña real", ha afirmado Arrimadas. No ha habido en su discurso ningún rastro de autocrítica ni ningún tipo de alusión a Vox.
Las caras largas y el ambiente funerario en la sede de Cs ya eran palpables antes incluso de que cerrasen los colegios electorales. A media tarde ya estaba convocada para este lunes una reunión urgente del Comité Ejecutivo para analizar los nefastos resultados electorales que anticipaban las primeras encuestas.
Arrimadas tendrá que afrontar nuevamente el debate interno sobre la estrategia de un partido en horas bajas y en riesgo de desaparecer. En este caso, los votantes catalanes han dejado de percibir a Cs como un muro de contención contra el independentismo y buena parte de sus apoyos han volado a los brazos de Ignacio Garriga, pero también a los de Salvador Illa. El afán de Cs por ser un partido transversal podría ser su tumba.