Corría el mes de mayo de 2018 cuando la cúpula de Junts per Catalunya (JxCat), el partido de Carles Puigdemont heredero de la corrupta Convergència, decidió reunirse en Berlín. Allí, el prófugo recibiría a una comitiva formada por el entonces presidente de la Generalidad, Quim Torra, y el grueso del grupo parlamentario encabezado por Albert Batet, actual portavoz, y Josep Costa, en aquel momento vicepresidente del Parlament.
Torra acudía a rendir pleitesía a Puigdemont, que esperaba en Berlín la decisión del tribunal de Schleswig-Holstein sobre la euroorden emitida por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. El prófugo había pasado unos pocos días en la cárcel tras su detención en una autopista alemana y estaba ansioso por marcar la agenda de la política catalana.
Diversas agencias europeas de inteligencia a las que remite el medio El Debate apuntan a que en esas mismas fechas se abonó un cargo de 900 euros en el Club Gemma Berlín, un prostíbulo de la capital alemana. El dinero pagado procedía de una cuenta vinculada al propio expresidente de la Generalidad, Carles Puigdemont. Se trata de una cuenta bancaria de la asociación CatGlobal ASBL, gestionada por Jaume Cabani, un informático investigado por la Guardia Civil, y Josep María Matamala, amigo inseparable de Puigdemont.
Desde esa cuenta se pagaban gastos diversos de Puigdemont, como el alquiler de la mansión de Waterloo por cuatro mil euros al mes, y los alquileres mucho más modestos de los también prófugos Toni Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret.
CatGlobal ASBL también ha servido para recaudar fondos para el Consell per la República o para pagar al abogado belga de Puigdemont, Paul Bekaert, que también lo fue dos etarras que encontraron refugio en Bélgica. De hecho, con esa cuenta se pagó una minuta correspondiente a la etarra María Natividad Jáuregui, extraditada a España en noviembre de 2020 tras 17 años viviendo cómodamente en Bélgica. En lo referente al prostíbulo, el cargo se consignó como "gastos de catalanes".