Agotado el rendimiento propagandístico del espionaje a determinados dirigentes separatistas, ERC y Junts per Catalunya (JxCat) han abierto un nuevo frente contra el Gobierno de coalición. Los datos oficiales de ejecución de los Presupuestos son la causa de esta nueva "sublevación" separatista. Según el informe de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), la inversión en Madrid (2.086 millones) fue el triple que la ejecutada en Cataluña (740 millones). Estas cifras suponen que el Estado sólo ejecutó en Cataluña el 35,7% de las inversiones previstas frente al 184,3% en Madrid.
La comparativa ha provocado una airada reacción por parte del gobierno autonómico. ERC amenaza de nuevo con retirar su apoyo al Gobierno de Sánchez y Puigdemont insta a la movilización del independentismo para "alcanzar lo que decidimos el 1 de octubre". El vicepresidente de la Generalidad, Jordi Puigneró, de JxCat, llegó a asegurar que los miembros del Gobierno "o son unos inútiles o unos mentirosos", al tiempo que la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, de ERC, enviaba sendas cartas a la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, y a la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugènia Gay, en la que indicaba que el supuesto agravio "lejos de solucionarse, se agrava, consolidando una política de privilegiados y perjudicados, de territorios de primera y territorios de segunda".
La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, acusó al anterior Gobierno del PP de haber paralizado las inversiones en infraestructuras, pero recordó también que la Generalidad y el Ayuntamiento de Barcelona se opusieron a la ampliación del aeropuerto de El Prat ofrecida por el Gobierno y que hubiera supuesto una inversión multimillonaria.
Reunión improvisada con la ministra
Las declaraciones de la ministra Sánchez aumentaron la puesta en escena de la indignación independentista. El presidente de la Generalidad, Pere Aragongès, coincidía en un acto con la titular de Transportes en Barcelona, la inauguración de las nuevas oficinas de Google, y exigió mantener una reunión allí mismo. Hubo que habilitar una sala al efecto. ERC se queja de que el presidente del Gobierno todavía no ha fijado la fecha de una reunión con Aragonès para abordar el caso Pegasus (el programa informático utilizado para investigar las ramificaciones violentas del separatismo) ni está prevista la reunión de la mesa de diálogo (en Cataluña se sospecha que Sánchez no convocará ninguna de las citas hasta después de las elecciones andaluzas). También de un supuesto maltrato en materia de infraestructuras. El Gobierno atribuye el desfase al rescate de las radiales que rodean Madrid y plantea una nueva comisión bilateral de infraestructuras en el marco de lo que denomina "agenda del reencuentro".
Sin embargo, la presión de JxCat sobre ERC empieza a hacer mella en la formación republicana, que sólo puede aludir a los indultos como fruto de su apoyo a Pedro Sánchez. La inacción del Gobierno en el incumplimiento de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) no es contemplada por el separatismo como una cesión.
En este contexto, Puigdemont cree que hay un hueco para recuperar el espíritu combativo del separatismo y en un mensaje en Instagram ha manifestado que "me rebelo ante este presente aburrido y gris que algunos nos quieren imponer y confío en que miles y miles de catalanes me acompañéis. ¡Vamos!".