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"Todos contra Colau": el tiro en el pie de los alcaldables de Barcelona

La alcaldesa de la capital catalana llega al final de la campaña con más probabilidades de repetir mandato que al principio.

La alcaldesa de la capital catalana llega al final de la campaña con más probabilidades de repetir mandato que al principio.
La alcaldesa de Barcelona y candidata a la reelección por Barcelona en Comú, Ada Colau, durante un acto electoral celebrado el miércoles. | EFE

Inseguridad, suciedad, dificultades para acceder a una vivienda, la gestión municipal... Hace cinco meses el futuro pintaba negro para Ada Colau. La delincuencia, la falta de limpieza en las calles, los alquileres, el turismo, los problemas de tráfico se manifestaban como los principales problemas de Barcelona según las encuestas, incluidas las encargadas por el propio Ayuntamiento. La impresión generalizada es que Colau agotaba sus últimos meses como alcaldesa de Barcelona, ciudad que gobernaba desde 2015.

Su socio de gobierno, el socialista Jaume Collboni, abandonaba el equipo municipal, renunciaba a su acta y al cargo de primer teniente de alcalde para anunciar que volvería a presentarse como cabeza de cartel del PSC en las municipales. De sus consideraciones para abandonar el gobierno cabía deducir que Colau era un lastre y que los socialistas estaban convencidos de que más valía desentenderse de la alcaldesa cuanto antes para que no contaminara su larga precampaña.

En paralelo, el exalcalde convergente Xavier Trias volvía a la arena política en la creencia de que ganar las elecciones sería coser y cantar. Las encuestas le daban como ganador. A sus 76 años, la prensa local vendía su retorno al municipalismo como un soplo de aire fresco. En plena guerra entre Junts, el partido que había pedido a Trias que se presentara, y ERC, la edad no era un inconveniente. El candidato republicano, Ernest Maragall, tiene cuatro años más.

El relato periodístico catalán presentaba las elecciones municipales como una disputa a tres bandas: Trias, Collboni y Maragall. Las encuestas presentaban a los dos primeros en cabeza. El tiempo de Maragall había pasado. Colau no contaba para nada. Sin embargo, la campaña ha trastocado todas las previsiones y apriorismos. A 48 horas para la apertura de los colegios electorales, Colau aparece como la gran favorita. No ha cometido ningún error, a diferencia de sus rivales, que se han metido en todos los charcos posibles.

El primero y más grande de todos esos charcos fue convertir la precampaña y la campaña en un "todos contra Colau". Trias y Collboni pusieron el foco en la controvertida gestión de la alcaldesa. Echarla del Ayuntamiento era todo el programa de Junts y del PSC. A ese error había que añadir que Trias decidió ocultar las siglas para que no le identificara con Puigdemont, cosa que no le ha servido de nada porque se le considera el candidato de Puigdemont. En cuanto a Collboni, sus duras críticas contra Colau han chocado con el hecho de que gobernó con Colau hasta primeros de año y que el PSC siguió en el gobierno municipal cuando él decidió salir del Ayuntamiento para preparar su asalto al Ayuntamiento.

Colau no ha hecho gran cosa en campaña y se ha aprovechado de los errores ajenos. El último, el apoyo de Tito Álvarez, un personaje del sector del taxi de Barcelona, a Jaume Collboni el mismo día que los alcaldes de Londres, Estrasburgo y Milán así como Noam Chomsky, Thomas Piketty, Judith Butler, Owen Jones y el expresidente de Uruguay Pepe Mújica suscribían un manifiesto a favor de Colau.

Partidos constitucionalistas

En cuanto a los partidos constitucionalistas, todo apunta a que Ciudadanos desaparecerá del Consistorio. Las encuestas también son contrarias al partido constitucionalista Valents, que preside Eva Parera. Al tiempo, los sondeos pronostican que el PP se mantiene con entre dos y tres concejales y que Vox podría entrar en el Ayuntamiento con entre dos y cuatro concejales, según los sondeos.

Pase lo que pase el domingo, se da por descontado que el próximo alcalde o alcaldesa de Barcelona no lo decidirán las urnas sino las negociaciones posteriores. Hace cuatro años, el paracaidista Manuel Valls votó a favor de Colau para impedir que Ernest Maragall, el ganador de los comicios, fuera designado alcalde. En esta ocasión, todas las posibilidades de pacto están abiertas, entre otras cosas porque todos los candidatos menos Colau se han pasado gran parte de la campaña diciendo a quien no harán alcalde si depende de sus votos.

Otra cosa es que la inseguridad, la suciedad, las dificultades para acceder a un vivienda, la okupación, la persecución del coche privado y el destrozo urbanístico en el Ensanche de Cerdá sigan siendo los principales problemas de la ciudad.

Las otras capitales de provincia

En toda Cataluña el proceso independentista ha quedado en un segundo plano. Ha sido la primera campaña en la que el golpe de Estado del 1-O no ha protagonizado el debate. Junts y ERC pugnan por el espacio separatista, pero sus candidatos no han hecho de la república fallida el monotema. La independencia sigue en la agenda política, pero no en la relativa a las elecciones municipales.

Algunos analistas dan por finiquitado el "procés". Otros sostienen que la cuestión separatista aflorará en las próximas generales y autonómicas. En Gerona, Junts podría perder la alcaldía en favor de ERC, pero al igual que en Barcelona, los pactos serán más determinantes que los resultados. En Lérida, las encuestas avalan que el PSC podría recuperar la alcaldía. Sería la lista más votada y las posibilidades de un acuerdo entre ERC y JxCat son, a día de hoy, remotas. En Tarragona, los sondeos también van a favor del PSC, que lograría rescatar una alcaldía que ahora está en manos de ERC.

En Badalona, García Albiol

En cuanto a Badalona, el candidato popular, Xavier García Albiol, encabeza todas las encuestas. Y como en el caso de Barcelona, todos los candidatos se han centrado en atacar la figura del dirigente del PP. Nadie duda de que será el más votado. Sin embargo, necesita mayoría absoluta para poder recuperar las riendas de la ciudad.

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