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La Diada de la amnistía: desconexión total entre los partidos y las entidades separatistas

Las bases se debaten entre la radicalización y la desmovilización, cortocircuitadas por las instituciones y partidos que las utilizaron una década.

Las bases se debaten entre la radicalización y la desmovilización, cortocircuitadas por las instituciones y partidos que las utilizaron una década.
Manifestación de la Diada el año pasado | Europa Press

La presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Dolors Feliu, es objeto de una intensa campaña de descrédito por parte de los partidos independentistas. Feliu, que cuando no se ocupa de la ANC es letrada del gabinete jurídico de la Generalidad, es la última representante de lo que se ha dado en llamar "independentismo mágico", una suerte de separatismo friki entre cuyos más cualificados representantes se cuentan el payaso Pesarrodona, miembro ahora del Consell de la República, o el sujeto que con una guitarra a cuestas canta el Bella Ciao en todas las concentraciones independentistas.

El retrato que se hace de Feliu en ERC y Junts es tan cruel como descarnado. La última prueba de cargo es la delirante entrevista en el circuito catalán de la Ser, en la que a preguntas del periodista abogaba en un tono aparentemente ingenuo por declarar la independencia tras conseguir la amnistía. Sin embargo, por muy descabellada que suene la idea no difiere tanto de que la que vienen expresando el líder de ERC, Oriol Junqueras, y su segundo y presidente de la Generalidad, Pere Aragonès.

Si el pasado domingo Junqueras decía que "la amnistía no es el punto final de nada, sino el punto inicial", este domingo afirma Aragonès que "la amnistía es un paso necesario, pero no suficiente". La intención tanto de ERC como de Puigdemont y su partido, Junts per Catalunya (JxCat) es abrir el melón de la autodeterminación el día después de la ley de amnistía. Un "ho tornarem a fer" explícito en cada mensaje de los principales dirigentes políticos del separatismo. Sólo la cercanía de las elecciones autonómicas, que se deben celebrar como muy tarde en febrero de 2025, impide la unidad entre ERC y Junts, pero la presión sobre el Estado es la misma.

En este contexto de negociación a tumba abierta, ratificado por la cordial visita de la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, al expresidente de la Generalidad prófugo, Carles Puigdemont, las entidades utilizadas por los partidos como motor del proceso separatista han sido colocadas en un segundo plano. Parte de las bases teme además que la amnistía no alcance a los miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) acusados de terrorismo en la Audiencia Nacional o a los autores de delitos como atentados a agentes de la autoridad estragos y desórdenes públicos cometidos durante las numerosas protestas separatistas como las organizadas por el llamado "Tsunami Democràtic".

Declive de la movilización

La ANC, Òmnium o la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) llegan a esta Diada muy mermados y con una capacidad de movilización en claro declive. No obstante, esperan cubrir el expediente a pesar de que tanto partidos como medios han dado bajonazo a la manifestación. Pere Aragonès ha asegurado que asistirá al ya tradicional desfile independentista de este 11 de septiembre. En ERC se considera que los ánimos no están tan caldeados como en las últimas convocatorias y el president no será abucheado, razón por la que se negó a participar el año pasado.

Las direcciones de las citadas entidades tienen una "hoja de ruta" diferente para la independencia. Abogan por el unilateralismo y reman en contra de las negociaciones. Consideran que aceptar una amnistía es tanto como claudicar y que Puigdemont se avenga a negociar la investidura de Pedro Sánchez les ha causado una profunda decepción. Desconfían de los partidos, que han cerrado el grifo institucional con el que regaban actos, manifestaciones, proclamas y asambleas en el pasado. Tampoco los medios públicos se han esforzado particularmente por alentar la participación en esta Diada, a diferencia de los años precedentes.

Cubrir el expediente

La intención de unos y otros, partidos y entidades, es cubrir el expediente en este Onze de Setembre marcado por la amnistía y por la vuelta de Puigdemont a la política por la puerta grande gracias a la mediación de Yolanda Díaz y el exdiputado de Podemos Jaume Asens, arquitecto de los indultos y de la despenalización de la sedición y el abaratamiento de la malversación.

Lo que no se descarta en absoluto es la posibilidad de peleas entre facciones del independentismo, abucheos a los dirigentes políticos que se acerquen por los puntos claves de la Diada, como el Foso de las moreras, y alguna que otra algarada a cargo de los CDR, muy soliviantados tras la detención de cuatro de los suyos que pretendían reventar la Vuelta a España arrojando cuatrocientos litros de aceite de motor en el trayecto del pelotón.

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