Las elecciones catalanas se han cobrado su primera víctima. Pere Aragonès tira la toalla. No tomará posesión del acta de diputado y se dedicará durante las próximas semanas a facilitar la transición en el partido. La previsión es que fuera Oriol Junqueras quien protagonizara la rueda de prensa de ERC del día después, pero ha habido un cambio de última hora. Aragonès ha anunciado su dimisión tras una larga y tensa reunión de la dirección del partido y ha comparecido públicamente para dar cuenta de su nueva situación, un paso atrás en toda regla y el abandono de la actividad política en primera línea.
La lectura del todavía presidente de la Generalidad en funciones es que el PSC y Junts son los ganadores de las elecciones. Los dos, según Aragonès, a pesar de la ventaja de Illa sobre Puigdemont de siete escaños. Exquisita equidistancia del dirigente republicano caído. "Serán el PSC y Junts quienes tendrán que decidir cómo entenderse. ERC será elemento de desbloqueo desde el lugar que nos ha asignado la ciudadanía, que es el de la oposición", ha asegurado sin entrar en matices ni aclarar la posición de ERC y si apoyarán a Salvador Illa o Carles Puigdemont, quienes ya han anunciado su intención de presentarse a la investidura.
Comienzan intensas negociaciones a varias bandas pero Aragonès ya no participará en ellas, tal como ha dado a entender al referirse a su papel en un segundo plano en el seno de ERC a partir ahora. La decisión de si la formación republicana facilita un gobierno de Illa u otro de Puigdemont estará en manos del presidente del partido, Oriol Junqueras, y de su secretaria general fugada en Suiza, Marta Rovira. Aragonès abandona el terreno de juego pero no aclara si ERC realizará un congreso extraordinario, entre otras razones porque Junqueras también ha quedado señalado.
Defensa de los indultos
Aragonès ha defendido la política de ERC en los últimos tiempos, la colaboración del PSOE y ha exhibido la reforma del Código Penal y los indultos como grandes logros de ERC. También ha reivindicado su gestión de gobierno, incluyendo la época en la que fue vicepresidente de Quim Torra. La creación de empleo e iniciativas en el campo de las energías renovables han sido algunos de los aspectos comentados por Aragonès, así como la defensa del idioma catalán. Ha recordado también la pandemia, la sequía y la guerra de Ucrania como momentos complicados de su mandato y ha sostenido que con el tiempo se valorará el gobierno de los republicanos. Ha sido un balance gris a la altura de su desempeño al frente de la Generalidad, duramente refutado por el electorado con una derrota histórica, la culminación de un ciclo electoral nefasto.