El antisemitismo larvado, y hasta cierto punto avergonzado, que ha existido siempre en Occidente, ha tenido un resurgir desde los brutales ataques del 7 de octubre de 2023, la masacre de Hamás en el sur de Israel —incluso desde el mismo día de la masacre, cuando desde la izquierda se negaron a condenar las terribles imágenes que los salvajes de Hamás iban publicando en redes sociales—, que ha desatado una ola de antisemitismo con miles de incidentes en todos los países occidentales.
La reacción de Israel, su derecho a defenderse del asesinato, violación y secuestro de sus ciudadanos por parte de la organización terrorista ha sido la excusa perfecta para desatar abiertamente el odio a los judíos que, como decimos, estaba ahí antes del 7 de octubre. Y era esto, precisamente, uno de los objetivos de Hamás.
Los incidentes antisemitas han sido de todo tipo, desde ataques personales —algunos con el resultado de muerte, como el asesinato de dos empleados de la embajada israelí junto al Museo Judío de Washington—, pintadas, carteles, acampadas en universidades, actos y manifestaciones de protestas (especialmente en universidades), además de manifestaciones y actuaciones de políticos, donde España ocupa un lugar especialmente destacado en lo negativo por su carácter claramente antisemita.
Uno de los incidentes más graves y desagradables, por estar implicados menores de edad, se ha producido este miércoles en un avión de la compañía Vueling. Un grupo de 52 adolescentes judíos franceses de entre 10 y 15 años que se encontraban en Valencia, en un campamento de verano de la empresa Kinneret, fue obligado a abandonar un vuelo comercial de la compañía Vueling por cantar canciones tradicionales en hebreo antes del despegue, lo que provocó un altercado con la tripulación.
Según ha contado Amichai Chikli, ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel en la red social X, "la tripulación del avión Vueling dijo que Israel es un Estado terrorista y obligó a los niños a bajar del avión; ahora están en Valencia, esperando regresar a Francia".
The woman who was arrested and beaten is the director of the Kinneret summer camp.
Fifty Jewish French children, aged 10 – 15, were singing Hebrew songs on the plane.
The @vueling airline crew said that Israel is a terrorist state and forced the children off the aircraft; they… https://t.co/V78PEHB58B pic.twitter.com/HizF6SZoaD
— עמיחי שיקלי - Amichai Chikli (@AmichaiChikli) July 23, 2025
En el vídeo que acompaña el mensaje aparece "la directora del campamento de verano de Kinneret" que fue "detenida y golpeada".
Según recoge Enfoque Judío, la actitud de la tripulación ante el canto de los menores fue de "creciente hostilidad", compararon a los adolescentes con "terroristas" y calificaron a Israel de "Estado asesino", aunque este extremo no ha podido ser confirmado por el medio con ninguna otra fuente.
En cuanto al arresto de la directora, una joven de 21 años, este mismo medio señala que, según fuentes oficiales, hizo algún tipo de "gesto extraño" o "amago de agredir" a los agentes". Otra tesis sugeriría que se opuso con firmeza al desembarco de los menores, por lo que fue reducida en el lugar, y también que se opuso a que requisasen los móviles de los adolescentes una vez que les bajaron del avión.
Mientras se aclaran todas las circunstancias del incidente, la comunidad judía lo está viendo como un posible caso de discriminación antisemita. Un incidente más en la ya larga lista de incidentes antisemitas desde la masacre de Hamas del 7 de octubre.
Comunicado de Vueling
Ante la gravedad de los hechos, la compañia Vueling ha emitido un comunicado en redes sociales que difiere radicalmente de la versión dada por los afectados, el grupo de adolescentes judíos franceses y sus familias.
Comunicado de Vueling en relación con el desembarque por comportamiento conflictivo en el vuelo VY8166 pic.twitter.com/ycEgm9dz9c
— Vueling Airlines (@vueling) July 24, 2025
En el mismo se acusa al grupo de comprometer la seguridad del vuelo y la operativa del mismo, y describen la actitud del grupo de adolescentes como de conflictiva, de manipular material de emergencia y de interrumpir la demostración obligatoria de seguridad. La persistencia en esta actitud obligó a la tripulación a llamar a la Guardia Civil, que tras evaluar la situación procedió al desembarco del grupo.
La actitud agresiva del grupo continuó, según Vueling, en la terminal, lo que derivó en la detención de uno de los responsables.
Por último, la compañía niega cualquier tipo de motivación religiosa en su actuación, que estuvo siempre movida en pro de garantizar la seguridad de todos los pasajeros.