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El día en que me devolvieron mis propiedades

El lunes me robaron la cartera. No metafóricamente, sino en sentido literal. Cabe la posibilidad de que se me cayera al atravesar un agujero cuántico que invirtió la fuerza de la gravedad y la hizo salir disparada de mi bolsillo, pero sinceramente no lo veo muy probable. Si me la robaron, la persona que lo hizo es un fenómeno de la naturaleza, porque no noté absolutamente ningún contacto. No tengo la experiencia de que la gente vaya tocándome habitualmente las nalgas, así que un tacto de esa naturaleza en región tan crítica estoy seguro de que lo hubiera percibido.

Pero a lo que vamos. Resulta que después de pasar por la experiencia trágica de tener que renovar documentos oficiales, haciendo cola a las 6:30 de la mañana para poder coger un número a tiempo como ocurría hace 50 años, me llama esta tarde un miembro del noble cuerpo de la Policía Local de Albudeite, al que agradezco de paso su amabilidad, para anunciarme que la billetera estaba en su poder.

Mi cartera, amigos, con todos los documentos, acababa de aparecer a unos 30 km. del lugar en que desapareció. Del dinero, unos cien euros más o menos en billetes sueltos, ni rastro (nos ha jodido), pero las tarjetas estaban todas, hasta la Iberia Plus, que con su diseño futurista hubiera quedado chulísima en la billetera del quinqui.

Agradezco al ciudadano albudeitense que me eligió para aliviar su penuria económica que no haya provocado ningún destrozo en los documentos oficiales, especialmente la licencia de conducción, porque después del trago de obtener el DNI mi alma estaba demasiado frágil para afrontar un episodio similar. De paso, si algún ladrón profesional quiere robarme la billetera y lee estas líneas, por favor, simplemente que me lo diga y yo le entrego voluntariamente el dinero que lleve en ese momento encima. Cualquier cosa antes de tener que levantarme otra vez al alba para tragarme cuatro horas de cola, en una provincia en la que el subdesarrollo se percibe simplemente con intentar realizar un sencillo trámite burocrático.

P.S.: Fantástico lo de la señora de Arriola con sus escoltas. Podría ser la Belén Esteban del congreso, pero es demasiado ordinaria. De hecho ese es el motivo de que lleve escolta, no para protegerla a ella, sino para proteger a la gente normal de su contacto verdulero. Aznar, criatura, qué buen ojo tuviste para elegir colaboradores.

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comentarios
1 Elentir, día

Te aseguro que por un momento pensaba que ibas a hablar del IRPF, por eso de que te robaron...

2 elvis71, día

Ay Pablo, recuerdo hace no muchos años llegué a juntar esa suma de dinero, 100 euracos, se me abrían las puertas de todos los establecimientos de mi ciudad, me trataban de Vd. e incluso hubo quien me hizo una reverencia... hasta que me lo virlaron por el bien del progreso mundial.

3 martsal, día

D. Pablo, que me alegro mucho de que sus documentos oficiales no hayan sufrido quebranto. Por si acaso, me imagino que habrá anulado las tarjetas, no sea que se lleve alguna sorpresa. Sobre lo de la señora Villalobos está claro que es imperdonable que unos progres como ella y su marido se estén llevando dulcemente la pasta del PP solamente por decirle a Mariano tonterías que solamente le sirven para perder elecciones. Pero aún es más imperdonable su verdulerismo. Eso es que ya supera el límite de lo imperdonable. Que país.

4 AnkHor, día

Yo también celebro que recuperase sus documentos don Pablo. En cuanto a las tarjetas le recomiendo lo mismo que el contertulio Martsal, mande que las anulen todas y que le envíen unas nuevas, pues pueden haberlas clonado y los cien euros pueden quedarse en una pequeña propina, comparado con lo que pueden comprar a crédito con sus tarjetas clonadas. En cuanto a "Celi la verdulera", ya con el episodio del "caldito2 debería haberla puesto Aznar a fregar suelos, que es lo que le pega.

5 Erbilyos, día

"De paso, si algún ladrón profesional quiere robarme la billetera y lee estas líneas..." Dudo mucho que los carteristas lean este blog, pero podría escribir su petición en un papelito y pegárselo a la espalda cada vez que salga a la calle. Así, cualquiera que ande un poco necesitado de dinero no tendrá más que decirle que es ladrón profesional y que, por favor, le entregue todo el dinero que lleva encima. Hace poco se publicó un estudio de un psicólogo escocés llamado Wiseman, cuya conclusión era ésta: llevar en la cartera una foto de un bebé o un niño pequeño tiene su efecto sobre las probabilidades de recuperar tu cartera en caso de extravío. Lamentablemente, el estudio de Wiseman no decía nada de carteristas. No obstante, es posible que al menos les genere cargo de conciencia, si aún conservan un resto de ella.