Cuando el reloj ya sobrepasaba las 12 de la noche, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, salió a la sala de prensa del palacio de la Moncloa para leer un comunicado. Con un semblante serio y con el autocue ( la pantalla que leen los presentadores de informativos) reflejado en sus gafas, Bolaños afirmó que acatan la decisión del Tribunal Constitucional de paralizar las enmiendas del Gobierno pero no comparten "ni el insólito procedimiento, ni el fondo de la decisión, nunca antes visto en las Cortes Generales".
El ministro de Presidencia es el artífice de toda esta reforma. Desde su ministerio se negoció la reforma de la malversación, la derogación de la sedición e incluir estas dos enmiendas para cambiar las mayorías del TC y del CGPJ.
Afectado por el varapalo judicial, Bolaños no ahorró en críticas al Constitucional. "Estamos ante la decisión más grave del TC en su historia. Adoptada en un tiempo inusualmente breve y con la mayoría más exigua", afirmó desde el atril de la Moncloa. A partir de ahí, el resto de su intervención se basó en crear un relato para deslegitimar al tribunal de garantías. Tanto en las formas como en el fondo.
Contra el TC
Lo más "grave" para el Gobierno es que, según afirman, "se ha detenido la acción legislativa" Bolaños defendía que "la ley no confiere al Constitucional la posibilidad de paralizar la actuación de las Cortes Generales" porque es algo que se derogó en 1985. "Es algo que no ha pasado en ningún país de nuestro entorno, ni en "cuarenta y cuatro años de democracia", añadía con un rictus fúnebre.
Sin embargo, pese a lo dicho por Bolaños o Ander Gil, en realidad no se ha parado el pleno. El recurso de amparo sólo es sobre dos enmiendas que el PSOE podría corregir, presentando otras que las modifiquen. Sin embargo, de momento, los socialistas no tienen pensado dar este paso pese a que este miércoles se producirá la ponencia de la Comisión de Justicia del Senado, previa al debate del jueves.
"El TC ha paralizado su propia renovación y lo han hecho algunos magistrados con el mandato caducado que, con su voto, han decidido su propio futuro", afirmaba el ministro que de manera velada lamentaba que no haya triunfado la recusación que solicitaba el PSOE.
Contra el PP
Tras criticar al Constitucional y poner en duda su independencia, Bolaños pasó a destripar al PP. "Este no es un conflicto entre partidos e instituciones sino entre los que cumplimos la Constitución y quienes la incumplen", afirmaba en referencia a "bloqueo judicial".
El Gobierno cree que el partido de Feijóo busca tener el control del Congreso y del Senado. "Con sus recursos judiciales, el PP quiere controlar el Parlamento. Qué se aprueba y qué no se aprueba", sentenciaba Bolaños. "Hoy se ha abierto esa puerta y no sabemos dónde nos llevará", afirmaba antes de vaticinar que ,"frente a los que han decidido rebasar todos los límites", la democracia "se abrirá camino".

