Las últimas comparecencias de Pedro Sánchez están mutando en una especie de tómbola del "Un, dos, tres". Si Mayra Gómez Kemp regalaba pisos en Torrevieja, el presidente del Gobierno promete cada semana miles de viviendas protegidas para los ciudadanos.
Empezó con 50.000 viviendas de la Sareb, continuó en el Congreso anunciando la construcción y rehabilitación de otras 40.000 y este martes en el Senado ha prometido otras 20.000 en terrenos del ministerio de Defensa y que se transferirán al SEPES (Entidad Pública Empresarial del Suelo).
El Gobierno toma como ejemplo la Operación Campamento. Una operación urbanística que ha desbloqueado al sur de la capital. Se trata de unos terrenos que eran del ejército y que en los próximos años se convertirán en 12.000 nuevas viviendas.
"Necesitamos suelo", ha afirmado el presidente antes de anunciar la transferencia del ministerio de Defensa al de Agenda Urbana para construir viviendas de protección "a precio asequible".
El anuncio no es nuev o.El pasado 4 abril, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, anunció tras el Consejo de Ministros que el Gobierno destinará 260 millones al Sepes para convertirlo en "el brazo ejecutor de la política de vivienda". Una especie de "trailer" de esta subasta final que se ha vivido este martes en el Senado.
Prometer más y más viviendas
En sólo quince días, y coincidiendo todo con el periodo pre-electoral, Sánchez ha prometido 110.000 nuevas viviendas. Habrá más. La idea del Gobierno es construir 183.000 VPO para alquiler "asequible" en los próximos años, frente a las "1.600 que", según sus datos, "proyectó el PP durante sus años de Gobierno"
Si nos retrotraemos a la llega de Sánchez a la Moncloa, en 2018, Sánchez lleva prometidos miles de pisos. A los pocos meses de llegar al Gobierno, José Luis Ábalos, por entonces ministro de Transportes, se comprometió a construir 20.000 viviendas para alquiler social "durante los próximos cuatro o cinco años".
Tres años más tarde, prometió 2.000 millones de euros para vivienda y cifró en 100.000 el número de viviendas del Plan de Vivienda destinadas a alquiler social. En total, desde que es presidente, el Gobierno lleva anunciadas la construcción o movilización de más de 420.000 viviendas pero ninguna se ha entregado.
"Vivir bien"
Ahora, Sánchez vuelve a poner la vivienda en el centro del debate tras constatar, según sus encuestas, que es la principal preocupación de los jóvenes. El presidente del Gobierno se ha dedicado a atacar la política de vivienda del PP fruto "de la cultura del pelotazo".
"Los españoles han aprendido del pinchazo. Nos piden que cambiemos el modelo. Donde la vivienda no sea de lujo sino de primera necesidad", ha afirmado durante su larga intervención de una hora y ocho minutos.
Sánchez lo ha anunciado durante su comparecencia en el Senado. En teoría, para informar sobre el último Consejo Europeo pero que ha mutado en otra sesión de auto-bombo. Además del anuncio, Sánchez se ha dedicado a atacar al PP por la Proposición de Ley sobre regadíos en el Parlamento andaluz. "Lo vamos a frenar", ha sentenciado el presidente del Gobierno.
Sánchez ha ido más allá y ha prometido "un planeta sano" para que los españoles "vivan bien". Está dentro de un catálogo de cinco puntos que ha desgranado y en los que, además, se promete "un empleo digno".
Unas propuestas en las que necesita el acuerdo de "los agentes sociales". Por ejemplo, Sánchez ha solicitado un Observatorio de márgenes empresariales y también ha pedido a la Patronal que "se siente" con los sindicatos para pactar "una senda de salario real para los trabajadores".
¿Insolvencia o mala fe?
El presidente del Gobierno ha reciclado una de sus primeras coletillas contra Feijóo: "¿Insolvencia o mala fe?", con viejas frases de hemeroteca del presidente del PP. Sánchez ha visto a líder de la oposición " irritado, agresivo, frustrado".
" Si su principal propuesta es derogar el sanchismo, y eso es política para adultos, nos podríamos haber quedado con el señor Casado", ha incidido tras notar que a Feijóo "no le gustan ni un pelo estos debates".
Sánchez ha sentenciado que "esto no lo cura ni una curandera", en referencia al mitin con un "telepredicadora" en la que Feijóo "bailó una especie de merengue con reggeaton". "No sé si esto le viene grande o le queda lejos", ha concluido.