Alberto Núñez Feijóo sale reforzado de su debate de investidura, a pesar de resultar fallido. El PP se muestra muy satisfecho ante la actuación de su líder, que ha sabido reponerse del resultado del 23-J y ha encajado el golpe que Pedro Sánchez intentó propinarle reventando su estreno en el Congreso. El partido cierra filas en torno a un presidente que, defienden, "ha ganado enteros", ha conseguido "retratar" a la izquierda y ha "dejado en evidencia" a su adversario.
El discurso inicial de investidura, precedido por el acto multitudinario en Madrid contra la amnistía, fue una inyección de moral para una derecha que parecía desubicada después de las elecciones generales. Desde el primer momento, Feijóo se fijó como objetivo dejar patente que Sánchez está dispuesto a todo con tal de seguir en el poder, a diferencia de él.
La primera jornada dejó un sabor agridulce ante el buscado desprecio del PSOE eligiendo como portavoz a Óscar Puente, lo que hizo decaer los ánimos en el PP al tomar conciencia de la talla moral de su contrincante. "Fue un cobarde, demostró tener miedo, alguien sin honor", comentaban diputados del PP sobre Pedro Sánchez.
Lejos de amilanarse, Feijóo subió a la tribuna de oradores al día siguiente con un discurso muy contundente contra Bildu y el PNV, descolocando al propio Aitor Esteban, que no salía de su asombro al constatar que el candidato del PP no estaba dispuesto a arrastrarse para pedirle apoyo.
"Bildu está empezando a ganarle los maratones"; "han elegido ser un kleenex los próximos años"; "parte de su electorado siente desazón", fueron algunas de las advertencias que Feijóo le lanzó a Esteban, incapaz de confrontar sus argumentos más allá de decir que así no estaba consiguiendo "hacer amigos".
Defensa de las víctimas
Los momentos más aplaudidos por la bancada del PP se produjeron durante la réplica a Bildu, al que empezó exigiendo pedir perdón a las víctimas del terrorismo, para acabar señalando a Sánchez por sus alianzas con "quienes no condenan a los asesinos de sus compañeros". Fue un discurso que podría haber arrancado aplausos incluso en la bancada de Vox, que asistió impertérrita a la intervención de Feijóo.
Desde su equipo aseguran que la investidura ha permitido mostrar "lo buen parlamentario que es", algo que "ya sabían los gallegos" pero que, hasta ahora, sólo habían podido "intuir" el resto de españoles a través de los debates que protagonizó con Sánchez en el Senado, donde jugaba con desventaja por tener los tiempos tasados. "Se ha crecido en las réplicas, con respuestas cortas pero muy buenas", rematan.
Quien lo ha constatado, sobre todo, es Sánchez, a pesar de su incomparecencia. Si el primer día no paró de reír ante la intervención de Puente al creer humillado a Feijóo, en el segundo tuvo que hacer un esfuerzo de contención para no aparecer siempre enojado ante los ataques que le lanzó el candidato del PP, que parecía estar reeditando el cara a cara electoral del que salió victorioso, aunque esta vez sin interrupciones.
"Aquí nos hemos retratado todos", defendió en varias ocasiones Feijóo, exhibiendo orgullo ante la negativa del PNV o Junts a facilitarle sus votos porque "tiene principios y palabra" y no está dispuesto a poner en riesgo la "libertad e igualdad" de los españoles a cambio de ser presidente del gobierno.