
Yolanda Díaz le ha dado a la máquina de pensar. Y de gastar, que, total, pagamos todos los españoles. Su última ocurrencia debe haberse visto alterada por la cercanía de las Navidades. Ahora quiere un "derecho al juego" de los niños, pero de juegos adaptados a la "perspectiva de género" y al "cambio climático".
"El juego, reconocido como un derecho en el artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño, es considerado factor imprescindible en un desarrollo físico y emocional equilibrado y saludable", dice Sumar. "También se puede destacar el impacto del juego como factor de promoción de la salud infantil, muy particularmente en lo que hace a su salud mental; en efecto, multitud de evidencias sugieren que el juego creativo puede ejercer un papel protector frente al estrés y a la depresión", añade el partido.
Control del entorno lúdico
Pero, claro, todo tiene que ser impuesto al estilo comunista: con los juguetes que ellos digan, no los que elija el niño. "En el marco de la Agenda 2030, los derechos de la infancia y el derecho al juego deben entenderse como un eje transversal vinculado con múltiples Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Destaca especialmente el ODS 11 "Ciudades y comunidades sostenibles" y, en particular, su meta 11.7, que insta a proporcionar de aquí a 2030 acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, "en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad", señala el plan de Sumar.
"Según la guía Aiju del Instituto Tecnológico del Producto Infantil y Ocio, el 82 % de los niños y niñas no cumplen con la recomendación de jugar más de una hora al día en espacios abiertos. Por otra parte, el estudio "Entornos urbanos amigables con la adolescencia" (UNICEF) lamenta que la población adolescente quede a menudo invisibilizada en la planificación urbana, carente de espacios públicos adecuados para el juego, la práctica deportiva informal o las actividades recreativas al aire libre", explica el partido.
Brechas en los espacios públicos
"Sin duda, queda mucho camino por recorrer para alcanzar la plena igualdad en la oferta de espacios de ocio público infantil y adolescente. Es necesario, por ejemplo, incorporar una perspectiva de género que evite asimetrías en la ocupación de los espacios lúdicos, o considerar las dificultades específicas a las que se enfrentan las infancias migrantes, que a menudo ven denegado su acceso a los espacios de ocio por no disponer de algún tipo de documentación", dice el texto. "Por otra parte, resulta igualmente imprescindible trabajar en la adaptación de los parques y espacios de juego al cambio climático, de manera que se apueste por materiales resistentes al calor y que se habiliten infraestructuras con zonas de sombra", añade el partido.
Por ello, Sumar ha pedido "elaborar una Estrategia sobre el Derecho al Juego en la Infancia, impulsada desde el Ministerio de Juventud e Infancia en coordinación con las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales, contando con la participación de niños, niñas, adolescentes, asociaciones, entidades y especialistas que trabajen en este ámbito". También, "promover, en colaboración con las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales, la mejora e implementación de la red pública de parques y espacios de ocio y juego". Y "fomentar, en colaboración con las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales, la creación de espacios verdes en las ciudades para cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que estipulan que haya entre 10 y 15 metros cuadrados de espacio verde por habitante, y que estén a menos de 300 metros de distancia de su hogar. Igualmente, promover la creación y acceso a fuentes de agua (zonas azules) que contribuyan a mitigar el calor".
Transformación del espacio urbano
Sumar quiere más: impulsar "zonas de juego y ocio al aire libre adecuadas a las necesidades de niños, niñas y adolescentes, universalmente accesibles e inclusivas, lo más cercanas posible a zonas verdes y azules, exentas de contaminación, con instalaciones elaboradas con materiales resistentes al calor, dotadas de espacio de sombra y con ofertas de juego diversas y variadas". Y promover "una planificación de la movilidad urbana sostenible que contemple medidas de tráfico rodado destinadas a reducir los niveles de contaminación y el riesgo en las proximidades de escuelas, parques y zonas de ocio, estableciendo zonas de prioridad para el juego infantil".


