Andan sobrados de razones para(+)

obtener la más estrepitosa derrota en unas elecciones, pero hay un sector del electorado
en Cataluña que debe padecer ceguera crónica. Muestras de tanto abuso de poder y tan
poca ética parece imposible que pase desapercibida. Cuando la Junta Electoral ordena
retirar un vídeo electoral hay un trasfondo que no ha sido condenado con toda la fuerza
que el caso requiere. El tal video ha sido pagado con dinero público, una cantidad
astronómica. O sea, el tal video quiere ser la expresión de los que están por la
independencia, es un video que apoyan determinados partidos, pero a la hora de pagarlo
se recurre a fondos que son de todos, de todos los contribuyentes catalanes. En lo
primero que se puede pensar es que la Justicia ya tenía que haber tomado cartas en el
asunto para obligar a la reposición de esos fondos y que sean los partidos que están en
esas posiciones independentistas los que paguen con las cuotas de sus propios afiliados.
Sin embargo, hechos de esta naturaleza pasan desapercibidos, la opinión pública no se
entera.