Presiones mafiosas.

El caso de espionaje que ocupa las primeras páginas de los medios, tiene varias lecturas, los servicios de inteligencia, que existen en todos los paises civilizados, están para no llevarse sorpresas como las que aquí hemos sufrido en distintas ocasiones, y que solo la prensa libre, con intereses empresariales o directamente de influencia, o nada altruistas si se prefiere, nos informa de esos secretos de las cloacas de la nación.

Pero no es para mí el objetivo, matar al mensajero, si no aprovechar el core de las investigaciones, que de la irregularidad de las actuaciones en su caso, deben ocuparse los jueces, pero lo que me preocupa, y de eso trata mi hilo, es de las presiones mediáticas, mas bien mafiosas, que sufren los que o bien intentan esclarecer la verdad, como el caso del caso de la jueza Alaya, que hasta que la han hecho enfermar no han parado, o el caso de alguien que directamente teme por su seguridad personal, como el caso de Mª Victoria Alvarez, u otros casos muy numerosos.

Y es que luego querer que la gente colabore con la policia para esclarecer hechos sangrantes, es creer en que los burros vuelan. Se está llegando a un punto de indefensión personal y jurídica, que casi mejor nos las apañamos solos con un buen magnum, o encargamos a “profesionales” nuestros casos, por que querer colaborar con la legalidad, además de ser inútil, es muy peligroso, por que al ponerte en evidencia, aprovecharse de tus datos, te dejan con el culo al aire, que los funcionarios solo saben rellenar planillas.

Ya veremos que le va a caer al joyero de la calle Ayala de Madrid, pero no importa, al menos ha salvado su vida y su negocio, ahora que la justicia nos demuestre una vez mas que es un cachondeo indecente. Y los mafiosos que presionan a los testigos, al paredón, sin piedad, y los que les ayuden arrastrados por la cola de un caballo.