Los libros que no deberían salir del colegio
Los vaivenes en los planes de estudio han desembocado en la salida de las aulas, en muchos centros, de algunas lecturas que eran prácticamente fijas hace un par de décadas. Aún sobreviven Lorca y Delibes, entre otros, pero en las cada vez más menguantes listas de lectura faltan algunos imprescindibles. Repasamos algunos títulos hasta hace poco fundamentales en la biblioteca de un adolescente.
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1. 'Cantar de Mio Cid'
La primera gran obra literaria en castellano, El Cantar de Mio Cid, ha abandonado casi por completo las aulas españolas. De ser una obra habitual en bachillerato -total o parcial- ha quedado relegada a los breves resúmenes de los libros de texto. A los alumnos les suponía un esfuerzo extra porque era la primera vez que debían enfrentarse a un texto medieval, con multitud de palabras y giros sintácticos en desuso y una grafía distinta. Las ediciones escolares y el trabajo de los maestros facilitaban la tarea y permitían al alumno admirar a un personaje convertido en leyenda gracias a un anónimo cantar de gesta. Ya no conocerán al fiel Minaya, a los infantes de Carrión...
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2. 'El Quijote', de Miguel de Cervantes
Antaño, los colegios se dividían entre los que obligaban a leer El Quijote completo y los que al menos pedían la lectura de algunos capítulos clave o alguna de las novelitas que incluía, como El curioso impertinente. Ahora, en muchas aulas se ha dado la espalda al libro más brillante de la literatura española mientras fuera se debate sobre la supuesta "antigüedad" del castellano cervantino -como muestra, la "actualización" de Trapiello-.
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3. 'Lazarillo de Tormes'
La desaparición de algunos clásicos españoles en el currículo de muchos colegios se ha debido también a la reducción en el número de lecturas obligatorias. Mientras hace 20 años lo habitual era leer 6 libros por curso, ahora la cifra se reduce en muchos centros a 3 o 4. Eso ha hecho que algunos centros hayan renunciado al libro esencial de la picaresca española, el Lazarillo -y que solía gustar entre los alumnos- mientras que en otros hayan optado por dejar de lado La Celestina.
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4. 'La Vida es Sueño', de Calderón de la Barca
Calderón de la Barca ha sido otro de los autores del Siglo de Oro arrinconados en la mayor parte de colegios e institutos, aunque aún sobrevive en otros. Hace años, era impensable no leer La Vida es Sueño y obligar a los alumnos a reflexionar, a través de las penurias de Segismundo, sobre lo frágil de la felicidad, la libertad y el destino.
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5. Francisco de Quevedo: poemas, 'El Buscón'...
La poesía, y en particular la poesía del Siglo de Oro, ha desaparecido en muchos institutos españoles. Comprender y llegar a disfrutar los poemas de Quevedo, el autor del soneto amoroso más aclamado de la literatura española y de la mejor poesía satírica, era todo un reto para los alumnos.
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6. Benito Pérez Galdós: 'Fortunata y Jacinta', 'Miau', 'Misericordia'...
Hace años, raro era el instituto que no incluía alguna de las numerosísimas novelas de Benito Pérez Galdós, el mayor ejemplo, junto a Clarín, del Realismo español. Hubo quien tuvo que leer su obra maestra, Fortunata y Jacinta. Otros leyeron novelas más cortas, como Miau o Misericordia. Ahora, una de las etapas más importantes de la literatura española suele limitarse a la lectura de algunos cuentos de Clarín.
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7. 'La Regenta'
Idéntica suerte ha corrido un libro que muchos alumnos leyeron y disfrutaron: La Regenta. Ahora, lo más habitual es despachar el realismo español con cuentos de Clarín, el otro género en el que el autor brillaba.
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8. 'San Manuel Bueno, Mártir', de Miguel de Unamuno
Muchos adolescentes descubrieron a Miguel de Unamuno con San Manuel Bueno, Mártir, un libro que resume en buena parte el pensamiento filosófico de su autor. Las dudas de su personaje sobre el sentido de la vida y la existencia de Dios ya no conmoverán a los estudiantes de bachillerato españoles: no muchos los conservan entre sus lecturas obligatorias.
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9. Azorín
El periodista español, otro símbolo de la Generación del 98, tampoco tiene apenas cabida ya en el currículo escolar. Ha corrido más suerte Pío Baroja y su Árbol de la Ciencia, relativamente común, todavía, en muchos institutos.
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10. La Colmena
La obra cumbre de Camilo José Cela y de la posguerra española ya no se lee en el instituto, quizás por su estructura o por la antipatía que sigue generando el Nobel.
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11. 'Tiempo de silencio', de Luis Martín Santos
Lo mismo ocurre con Tiempo de Silencio, de Martín Santos, otro libro esencial para conocer los 50 en la literatura española. Ahora, muchos institutos optan por libros más asequibles, como Los Girasoles Ciegos.
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12. 'Pedro Páramo', de Juan Rulfo
Muchos alumnos descubrieron la riqueza de la literatura hispanoamericana gracias a Pedro Páramo o Cien Años de Soledad. Descubrir cuándo muere el protagonista de la obra de Rulfo se convirtió en un enigma para muchos alumnos. Ahora, muchos centros optan por antologías de cuentos hispanoamericanos o por alguna obra más breve de García Márquez.
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